­El tronco de un pino de 21 metros de altura plantado en el centro de la Plaça Vella de Pollença volvió ayer a acaparar la atención de toda la localidad del Nord. El Pi de Sant Antoni, tradición autóctona de Pollença que también se celebra en el Moll, tuvo como protagonista al joven Sergi Gómez, de 19 años, que logró escalar el árbol poco antes de las diez de la noche, dos horas después de que el pino fuera levantado tras superar las habituales dificultades para entrarlo en una plaza abarrotada. Tras innumerables intentos por parte de muchos jóvenes, Sergi consiguió llegar hasta la copa del árbol para tirar el confeti que confirma la gloria y quedarse con el gallo vivo que espera en lo alto. Es la segunda vez que lo consigue después de coronarlo en 2011.

La edición de este año registró un incidente poco después de que el pino procedente de Ternelles llegase a la localidad, cuando una de las ruedas del carro que transporta el tronco pasó por encima del pie de un agente de la Policía Local de Pollença, que tuvo que recibir atención médica.

El acenso heroico al pino de Sant Antoni es el colofón de una fiesta muy sentida en Pollença que arranca por la mañana en la finca de Ternelles, donde el árbol había sido talado y pelado días atrás. Allí, cientos de personas almorzaron, como marca la tradición, pa amb oli amb arengades para coger fuerzas antes de trasladar el pino hasta el pueblo. El vino y el ´mesclat´ ayudan a euforizar el ambiente.

Eran aproximadamente las siete de la tarde cuando el pino llegaba a la Plaça Vella, donde ya esperaba una multitud. Este año, el árbol entró más fácilmente y apenas una hora después ya estaba plantado en el centro gracias a la ayuda de cuerdas y un sistema de poleas que facilita la maniobra. Una vez sujeto con fuerza, los jóvenes más decididos protagonizaron las clásicas peleas a pie de tronco para ser los primeros en subir, aunque nunca se consigue en el primer intento. Antes, es necesario que los primeros escaladores ayuden a eliminar el jabón con el que se unta el tronco.

Ayer, además, el último tramo del pino se untó con aceite, una novedad que retrasó todavía más la consecución del objetivo. Pollença tiene a un nuevo héroe.