Los dos regidores del Ayuntamiento de Pollença que han abandonado la Lliga Regionalista, Malena Estrany y Tomeu Fuster, han enviado al alcalde Tomeu Cifre (PP) sus condiciones para seguir formando parte del equipo de gobierno municipal y apoyándole en el cargo.

Según un comunicado enviado ayer a los medios, los dos ediles no adscritos piden que se gobierne "con sentido común y transparencia" y aseguran que el alcalde tiene en su poder un documento que refleja "las reglas mínimas que hace falta seguir para el buen gobierno del municipio de Pollença". Además, aseguran que no están de acuerdo "con algunas cuestiones relacionadas con la información, comunicación y coordinación" de las tareas municipales.

De esa manera, Estrany y Fuster ponen en jaque al alcalde, quien tendrá que ceder a sus pretensiones si quiere revalidar su apoyo. Cifre gobierna en minoría. Su partido, el PP, tiene 5 regidores y tenía un pacto con la Lliga (que tenía 3 ediles, ahora solo uno). Cifre estudia ahora sumar el apoyo de los dos regidores de Convergència i Unió per Pollença (CiU), lo que implicaría una remodelación del gobierno pollencí.