­Cual ave fénix, el águila de Bonelli está renaciendo de sus cenizas. En Balears no quedaba ningún ejemplar de este ave rapaz, que desapareció a finales de la década de 1960. Pero en los últimos meses nueve ejemplares de esta especie ha sido reintroducidas en las montañas de la Serra de Tramuntana para conseguir recuperar al águila desaparecida.

El águila de Bonelli también se le conoce como àguila coabarrada o por su nombre científico Aquila fasciata. Es una rapaz de tamaño medio característica del área mediterránea, donde se calcula que viven cerca de 2.000 parejas, 750 de las cuales están en España.

Al igual que todas las rapaces, el águila de Bonelli está protegida por imperativo legal y se la considera una especie en peligro ya que, desde los años 90, todas las poblaciones europeas están sufriendo un claro declive.

El águila de Bonelli había criado en Mallorca hasta finales de los años 60 del siglo pasado en áreas localizadas en la Serra de Tramuntana, y fue a partir de esa época cuando la caza furtiva y las electrocuciones accidentales provocaron su extinción.

Ahora en la Serra se han reintroducido varios ejemplares de polluelo de esta ave de presa. Entre el año pasado y este año se han liberado en las montañas diez ejemplares, de los que nueve siguen vivos y presentan una adaptación excelente al medio. Durante el 2013 se soltarán, si todo va bien, cuatro águilas de Bonelli más gracias a los buenos resultados.

El proyecto se realiza mediante un convenio de colaboración de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio y Red Eléctrica de España (REE) firmado hace más de un año.

Los técnicos de Medio Ambiente del Govern controlan la evolución de estas especies gracias a radiotransmisores que emiten la localización del pájaro por vía satélite. Esta es la parte más cara del proyecto.

Sobrevuelan toda la isla

Según explican los expertos que lo llevan a cabo, han de preocuparse de la vigilancia y seguimiento intensivos de las aves, estudiar su dispersión y evaluar su supervivencia. Borja Álvarez es uno de los responsables de la iniciativa por parte de REE. Tras alimentar a los polluelos de forma artificial, Álvarez explica que liberaron a las águilas de Bonelli cuando tenían unos 40 días de vida.

Desde entonces han vigilado el comportamiento de los pájaros. "No solo se quedan en la Serra, sino que se mueven por toda la isla. Yo vivo por Marratxí y una vez les vi cerca de casa. El radar nos han indicado que han llegado a darse una vuelta por el cielo de ses Salines, pero nunca se han atrevido a hacer una excursión por Ibiza o Menorca", comenta Álvarez, licenciado en Ciencias Ambientales.

El programa de recuperación incluye la supervisión constante de los nidos; la aportación de alimento en los alrededores de los puntos de liberación, y aportar información a los cazadores, gestores de cotos y agricultores a fin de velar por el buen resultado del proyecto.

El objetivo final de esta reintroducción es conseguir dentro de una década una población estable de entre diez o quince parejas reproductoras. Según Álvarez, para poder calificar de éxito la operación las parejas tendrán que criar, pero no comenzarán a desarrollar su instinto sexual hasta dentro de dos años.

De ese así, en unos años habrá que cambiar el catálogo de especie protegidas, pero será para bien, porque el águila de Bonelli dejará de estar extinguida en Mallorca.