El concesionario de las playas del municipio de Muro durante el último verano, Gabriel Moranta, ha presentado diversas denuncias ante la Guardia Civil por el destrozo de hasta 500 hamacas de su propiedad por parte de unos desconocidos que actuaban por las noches. Desperfectos que, según su propia declaración, le han supuesto un coste que alcanza los 50.000 euros entre los daños provocados en las hamacas y en otro tipo de material de playa.

El concesionario no aporta pruebas en el último escrito de denuncia presentado ante la Guardia Civil, pero expresa su "sospecha" de que los presuntos autores de los daños causados en el material playero "son enviados" por la entidad que ha explotado este año las playas del municipio de Pollença, la asociación de vecinos del puerto ´pollencí´.

Todo indica que se trata de una ´guerra´ entre entidades que aspiran a explotar las mismas playas. El denunciante mantiene varios litigios con la asociación de vecinos del Port de Pollença desde el pasado año 2011, cuando el propio Moranta fue el ganador del concurso para explotar las playas de ese municipio desplazando a la asociación vecinal, concesionaria histórica de los arenales ´pollencins´ desde hace más de 30 años.

Este diario se puso ayer en contacto con el presidente de la AAVV del Port de Pollença para conocer su opinión sobre las sospechas emitidas por el concesionario de las playas de Muro en relación al destrozo de las hamacas, aunque prefirió no hacer ningún comentario al respecto.

´Guerra´ entre concesionarios

En la última denuncia por los daños sufridos en el material que utiliza en las playas de Muro, el empresario relaciona los incidentes con su condición de concesionario de las playas de Pollença durante el verano del pasado 2011. "A raíz de dicha concesión surgieron problemas y recelos con los antiguos concesionarios (la AAVV del puerto)", apunta.

Conviene recordar que en 2011 se otorgó la explotación de las playas de Pollença a Moranta después de que la asociación vecinal, que también aspiraba a ello, fuese apartada por incumplimiento del pliego de condiciones. Antes de la adjudicación de las playas, en mayo, Moranta había denunciado que la asociación vecinal explotaba la playa sin concesión, cobrando por hamacas y sombrillas "sin autorización". La AAVV negó los hechos y respondió que la empresa que resultó ganadora también debía haber sido excluida del concurso por "deber dinero a las administraciones públicas".

El conflicto entre ambas entidades motivó un importante retraso en la puesta a punto de las playas en un núcleo turístico tan importante como el puerto de Pollença, lo que provocó el enfado de la asociación hotelera. También hubo peticiones por parte de algunos grupos políticos para que la Fiscalía investigase las presuntas irregularidades en la explotación de las playas del municipio.

Antes del pasado verano, la asociación vecinal volvió a ser elegida como concesionaria de las playas. El empresario Moranta también optaba a la explotación, quedando en segundo lugar en el concurso. Esta circunstancia, y el hecho de que todavía mantiene depositada una fianza de 18.000 euros por su participación en el concurso público, ha motivado al empresario a vigilar de cerca la gestión de las playas en Pollença durante el pasado verano. Tal y como refleja en una denuncia ante la Guardia Civil, acusa a la AAVV de "pagar parte o no pagar por la concesión". Asegura que ha solicitado en diversas ocasiones, vía notarial, documentación al ayuntamiento de Pollença "sin ningún resultado", lo que le lleva a sospechar de una presunta "connivencia" entre la asociación de vecinos y el Consistorio. A su entender, esta "supuesta estafa" podría superar los cinco millones de euros de pérdidas para Pollença.

El alcalde Tomeu Cifre (PP) asegura que en breve enviará al empresario la documentación solicitada y añade que la AAVV está al día de pagos de la concesión al ayuntamiento de Pollença.