El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), acusó ayer a la plataforma ´procamins´, principal organizadora de la excursión del pasado domingo para reivindicar la apertura de la carretera vieja de Lluc a Pollença, de atacarle "por motivos políticos" porque, según aseguró, él cumplió con la resolución del Consell de Mallorca que obligaba a los propietarios de fincas situadas en la citada ruta pública a retirar los obstáculos para facilitar la libre circulación.

Los organizadores de la marcha decidieron el domingo finalizar el recorrido en la finca de Can Pontico, vinculada a la familia del alcalde junto a la finca de ca na Borrassa, con el argumento de que no podían recorrer el trazado original porque la recuperación del camino por parte del Consell todavía no ha concluido. El comunicado de la plataforma pidió la dimisión de Cifre por "no acatar ni las resoluciones judiciales ni las órdenes del Govern y del Consell" y porque "sigue usurpando cien metros del camino público con el pretexto de que se le escapan las ovejas".

El alcalde negó ayer tajantemente esta afirmación. "He cumplido de forma escrupulosa todas las resoluciones del Consell, incluso sin haberlas recibido oficialmente", apuntó Cifre, "molesto" porque la organización de la marcha "personaliza" en él todas las críticas al papel de los propietarios de fincas situadas en el ámbito de la vieja carretera. A su entender, la plataforma "convirtió la excursión en una reivindicación puramente política". "En determinados sitios parece que va bien que se mantengan barreras, pero no en otras fincas, lo que demuestra que esto es una lucha política", concluyó el edil popular.