El nombre de Mallorca es en estos momentos una marca que garantiza ventas. Así lo demuestran los recientes éxitos de los bodegueros amparados en la Indicación Geográfica Protegida Vins de Mallorca (IGP), que han logrado ser los terceros máximos vendedores de España durante la campaña 2010-2011.

Los vinicultores mallorquines colocaron 898.600 litros de vino en el mercado nacional y exportaron al extranjero otros 325.900 litros. Eso supone casi la totalidad de lo que producen, pues en 2011 se cuantificó en 1.673.600 litros.

Cabe destacar que Balears cuenta con cinco indicaciones geográficas vinícolas: Ibiza, Menorca, Illes Balears, Serra de Tramuntana-Costa Nord y Mallorca. La IGP Vins de la Terra de Mallorca es la cuarta de España en número de superficie de viñedos. Se cultivan 434 hectáreas por parte de 128 viticultores. También es la tercera en número de payeses dedicados a este cultivo.

Las ventas de vino amparadas en alguna IGP representan el 77,7% de todo el que se comercializa en España, según el informe oficial de la campaña 2010-2011, elaborado por el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Entre las IGP más destacadas por su volumen de ventas se encuentran: Castilla, con un 92,1% ; Extremadura, con un 5,2% y Mallorca, con un 0,8%.

Pero no sólo destaca Mallorca en el concierto nacional puesto que en exportación su porcentaje alcanza el 1% del total, siendo también la tercera máxima exportadora.

Factores concurrentes

Productores mallorquines coinciden en dos circunstancias concurrentes como causas probables de este éxito. Por una parte "es indudable la apuesta de todos los vinicultores por los vinos de gama media y alta desde hace más de veinte años", explica Javier Servera, directivo de las bodegas Can Ribas de Consell. El interlocutor destaca que "hace tiempo que empezó a desterrarse la producción de vino barato y se apostó por la calidad como único medio de rentabilizar el sector".

Por otra parte, "el nombre de Mallorca es en sí una marca de prestigio", sentencia Ramon Coll, de las bodegas Son Bordils de Inca. "No es ningún secreto que las dos denominaciones de origen (Binissalem y Pla i Llevant) han pugnado por intentar mantener el nombre de Mallorca en su marca y ello es simplemente porque el nombre vende", agrega.

Tanto es así que productores de las dos denominaciones cuentan con líneas de producción fuera de los consejos reguladores e incluidas en la IGP Vins de la Terra de Mallorca. Incluso se da el caso de la propia firma Ribas que hace unos años decidió abandonar la DO Binissalem y producir vinos con indicación geográfica.

Calidad

Coll opina que "en estos momentos pertenecer a una DO no es determinante como hace unos años. El trabajo general de todos en aumentar la calidad de los vinos ha superado esa barrera. Es significativo que muchos de los vinos con IGP Vi de la Terra de Mallorca se vendan a un preció bastante más alto que vinos con DO".

Otro de los datos significativos es que la mayor parte de ventas calificadas por el ministerio como mercado interior se refieren a la propia isla. El comprador mayoritario es el residente y el turista, en la península se vende muy poco.