­Ahora que el 2012 llega a su recta final, ¿qué mejor que aprovechar la compra de los nuevos calendarios para hacer una buena obra? Muchos imprimen calendarios benéficos, pero no todos tienen el privilegio de contar con un fotógrafo de prestigio como Toni Catany.

Ese es el valor añadido del que ha editado la Associació d´Ajuda a l´Acompanyant del Malalt de Balears (ADAA), que ha conseguido que el artista llucmajorer firme las instantáneas de su almanaque.

Y los torsos retratados tampoco son unos cualesquiera. La idea de este calendario, que fue presentado anoche en el claustro de Sant Bonaventura, nació de diversos agentes del (atlético) cuerpo de la policía local ­de Llucmajor. Y a los responsables de ADAA les pareció una gran idea, así que pusieron en marcha la maquinaria para recaudar fondos en beneficio de la entidad.

Así lo explica Joan Janer, el presidente de la asociación, quien está muy agradecido a los policías. Con los modelos ya seleccionados, su misión fue la de encontrar el fotógrafo que aceptara el encargo de un reportaje gráfico por amor al arte. "Toni [Catany] y yo somos amigos, y somos de la misma quinta. Y, aun así, al principio no pensé en él. Más tarde nos encontramos en una boda, se lo propuse y él no se lo pensó dos veces", narra Janer.

Catany, que ayer vio el resultado final de este trabajo, aseguró que ha colaborado "con mucho gusto". Este ha sido su primer calendario benéfico, aunque ya había realizado trabajos similares para empresas. "Y muy bien pagados, por cierto", bromea.

La iniciativa puede sonar a tópica. Sin embargo, su característica fotografía aporta un toque de originalidad y genialidad que lo distingue de un anuario cualquiera.

Los desnudos no son una novedad para este Premio Nacional de Fotografía. Como él mismo recuerda, hace dos décadas editó el libro Somiar déus en el que el Leitmotiv fue el cuerpo del hombre en su estado natural. "En aquella ocasión las imágenes eran en blanco y negro, pero para un calendario creí que era más conveniente hacerlas en color", explica Catany.

La otra máxima que se impuso es que el calendario fuese "práctico, con números grandes y con espacio para escribir". De eso se encargó el diseñador Toni Garau, también llucmajorer, quien ha logrado conjugar todos esos requisitos con los retratos de Catany, "respetando al máximo su obra y el formato de sus fotografías".

"Hemos impreso 2.000 copias en un papel de muy buena calidad para que las imágenes no se desvirtúen y luego se pueden arrancar y conservar", dice Garau. Es decir, que además de comprar un calendario, se pueden conseguir doce retratos de un laureado artista por 20 euros. Y por una buena causa.