­El Ayuntamiento de Llucmajor ha aprobado esta semana indemnizar a la empresa concesionaria de aguas del municipio, Aqualia, con 150.000 euros. El motivo de la reclamación es que el consistorio se negó a subir las tarifas de agua del año 2010, tal y como la compañía había solicitado al equipo de gobierno del PP.

A finales de septiembre de 2009, Aqualia solicitó la revisión anual de las tarifas de abastecimiento y saneamiento, una posibilidad que se encuentra contemplada en el contrato de concesión que mantiene con el ayuntamiento.

La empresa de aguas aportó un informe en el que justificaba el porqué de la subida de tarifas de cara al año 2010. En ese documento alegaba que era necesario amortizar algunas inversiones realizadas en la red de suministro, así como mejorar otras "debido al crecimiento poblacional de la zona costera en época estival".

El equipo de gobierno estimó que no era necesario subir las tarifas, ya que no tenía claro que se cumplieran las previsiones del estudio de tarifas presentado por Aqualia. De esa manera, el equipo de gobierno -que por aquel entonces ya lideraba el actual alcalde, Joan Jaume Mulet- desestimó las pretensiones de la empresa concesionaria.

En 2011, una vez acabado el ejercicio fiscal anterior, Aqualia protestó al consistorio y alegó que había sufrido un "desequilibrio económico" por culpa de la decisión de no revisar las tarifas al alza.

Aqualia, que trabaja para el Ayuntamiento de Llucmajor desde 1999, manifestó que en el pliego de condiciones del servicio de aguas estaba contemplado que la adjudicataria recibiera una "adecuada compensación económica" en el supuesto de que "aumenten los costos o disminuya la retribución".

Auditoría externa

No contento con la petición de la empresa de aguas, el consistorio solicitó una auditoría que avalara el déficit de las cuentas de la empresa. Esta revisión externa certificó un desfase en las cuentas de 2010 por valor de casi 160.000 euros. Con esas cifras en la mano, Aqualia solicitó al consistorio 149.652,96 a modo de indemnización.

En vez de esperar que la corporación les pagara, Aqualia optó por descontarles de la transferencia anual ese dinero. Es decir, el ayuntamiento no tendrá que pagar esa cantidad ahora, porque fue un dinero que dejó de ingresar en su momento. Aqualia tenía que pagar al consistorio 510.000 euros, pero solo abonó 360.000 euros.

De esa forma, aunque en su momento los vecinos de Llucmajor no pagaran esos euros de más en la factura, si que tuvieron que compensarlo a través de impuestos, ya que el consistorio tuvo que hacerse cargo de la subida de tarifas.

Para finalizar esta compensación, lo único que faltaba era que el pleno municipal diera el visto bueno a su importe. Por unanimidad de todos los regidores, la corporación aprobó indemnizar a Aqualia. Aun así, la oposición emitió algunos reproches al equipo de gobierno.

Críticas de la oposición

"Estamos de acuerdo en pagar porque esta una decisión respaldada por los técnicos. Pero esto ha de servir de lección para no cometer otro error de estas características", sentenció el portavoz del PSOE, Joan Jaume Sastre.

El alcalde, Joan Jaume Mulet, replicó "no incrementar el precio del agua no fue un error, sino una decisión política, lo que supuso un desfase contable en la empresa concesionaria y un beneficio para los ciudadanos".