Continúa el programa de fiestas de la Beata y la cita obligada de ayer fue la Festa del Batre, que se celebró bajo un potente sol por segundo año consecutivo tras su recuperación en 2011 por el actual equipo de gobierno. Este año contó con una curiosa novedad: la senyera estuvo bien presente en el acto.

Hacia las 15 horas las cien personas que participaron en la celebración se fueron congregando en la plaza de la Vila. Vestidos con las ropas tradicionales y con algo de retraso, partieron desde el centro del pueblo y caminaron más de dos kilómetros bajo un sol de justicia hasta llegar a la finca de s´Hort den Degollat.

Allí el mayor atractivo fueron los refrescos, el palo con sifón y el agua con cazalla para rebajar el calor. Desde la sombra pudieron contemplar como un mulo algo rebelde trillaba las habas y la cebada recogidas en las fincas del municipio.

En el centro de la era colocaron una senyera. También hubo otra bajo un cartel con una frase del hijo ilustre margalidà Joan Mascaró i Fornés. Pero en la finca llegó a haber tres banderas cuatribarradas, ya que los caminantes vestidos de payeses trajeron otra durante su marcha.

Mientras el mulo daba vueltas para cumplir con su tarea, los más pequeños saltaban sobre la paja y los adultos aprovechaban para descansar un poco o ayudar a esparcir las gavillas por la era.

Tras la demostración de cómo se trabajaba antes en el campo, el centenar de participantes pudo degustar unas sopas mallorquinas para merendar hacia las 18 horas preparadas por un grupo de mujeres del municipio.

El programa de las fiestas de la Beata se completó más tarde, ya en el pueblo, con una fiesta payesa, el concierto de la banda de verano y la verbena para la tercera edad en la plaza de la Vila.