La Asociación de Usuarios del Tren de Mallorca (AUT) protestó ayer por el que calificaron de "despropósito" en la gestión de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM). Esta entidad se queja de la "desatención" que padecieron el pasado lunes, cuando un fallo eléctrico dejó sin electricidad la Estación Intermodal y se tuvieron que interrumpir los servicios de metro y tren. Según su denuncia, realizada mediante un comunicado, "a los usuarios que estaban las estaciones de los pueblos y a los que estaban circulando en el tren en el momento de la avería no les dieron más solución que «espabílense»".

Los responsables de la asociación manifiestan que recibieron "una gran cantidad de quejas, opiniones y reclamaciones sobre el caos que se creó a la Estación Intermodal". "La avería eléctrica que afectó a más de 2.000 usuarios volvió dejar en evidencia la mala gestión de un servicio público que parece que quieran dejar caer", sentenciaron desde la AUT.

Según su versión, los usuarios más molestos fueron "los que se quedaron en los pueblos sin ningún tipo de información y los que viajaban en los convoyes en aquellos momentos que se produjese la avería". "Después de mucho tiempo sin saber el qué pasaba, la solución de los trabajadores fue que la gente se buscase la vida, puesto que en aquellos momentos no había suficiente personal para hacer llegar el trenes diésel a las diferentes estaciones", manifiestan.

Falta de protocolo

Además, desde la asociación se sienten disgustados por la ausencia de un protocolo para casos de emergencia como el del lunes y también por la falta de medios, ya que a su parecer hubo "una carencia de información durante toda la tarde" y se produjeron "las colas para conseguir una plaza en los autocares alternativos que salieron de Palma; que por otro lado fueron insuficientes e hicieron que muchos de usuarios se buscaran alternativas".

Por último, la AUT critica al conseller Gabriel Company y al gerente de SFM, José Ramón Orta. "No son disculpas lo que necesitamos, sino una gestión decente del servicio. Si no tuvieron ningún problema al aumentar las tarifas desproporcionadamente y sin justificación, no habría problemas para solucionar esta mala gestión. No solo están perdiendo dinero por su incompetencia, sino que ahora ya ni son capaces de proporcionar un servicio estable y decente", concluyeron.