Hace casi quince años que Antoni Sureda (Manacor, 1959) es el inspector jefe de la Policía Local de su ciudad. Estudioso y amante de su trabajo, ha querido investigar ahora el germen que propició, en 1912, la formación del actual cuerpo de seguridad.

En aquellos tiempos Manacor contaba con 12.548 habitantes censados y acababa de ser nombrada ciudad por el rey Alfonso XIII. El Ayuntamiento inscribía los dos primeros vehículos de tracción mecánica y se establecía en las afueras una fábrica de perlas artificiales muy pronto reconocida, Majorica. El crecimiento y la industrialización llevaban consigo la necesidad de una seguridad que además del campo atendiera el núcleo urbano. La Guardia Rural y la Guardia Urbana eran los herederos modernos de los Guardacampos y Guardacalles del siglo XIX. El conjunto de agentes de seguridad lo completaban los serenos y los carabineros de la Guardia Civil.

Su vestimenta, de un color grisáceo y beige, mantenía el cinturón cruzado sobre el pecho en cuyo final se resguardaban una pistola y un sable. En la gorra alta de plato llevaban el escudo de Manacor y un número identificativo. El uniforme se completaba con un cuello y un capote. Según los efectos materiales que se han conservado, se sabe que los revólveres eran de la marca Orbea, pequeños, del calibre 38, apenas tenían 21 centímetros desde la punta del cañón hasta el final de la empuñadura. El sable era curvo con empuñadura de latón, 70 centímetros de longitud y de tres de ancho de hoja, excepto el del inspector que era diez centímetros más largo. A finales de los años 20 sería retirado como arma reglamentaria. Todas las fuentes parecen indicar que por aquellos años el mando unificado estaba en posesión del señor Antoni Gomila.

"Aunque no existan referencias directas que determinen el número exacto de agentes urbanos, en el libro de actos de abril de 1912, el alcalde Francisco Gomila da cuenta de la adquisición de ocho revólveres". Por lo que respecta a los sueldos, se sabe que en 1913 un guardia urbano cobraba 220 pesetas al mes, excepto durante el mes de marzo que eran 216,33. En total 2.636,33 al año. Los rurales cobraban bastante más, hasta 440 al mes excepto septiembre, noviembre y diciembre para completar una nómina anual de 5.108 pesetas.