Un grupo de empresarios de locales de restauración situados en la plaza Major de Pollença tiene previsto cerrar sus establecimientos el próximo domingo, día de mercado en la localidad, hasta las 16 horas, como medida de protesta contra la orden municipal de regulación de las terrazas exteriores de los locales en base a la ordenanza de la ocupación de la vía pública vigente desde el año 2002. Algunas fuentes anunciaron incluso la convocatoria de una manifestación por este motivo frente al establecimiento de la familia del alcalde Tomeu Cifre (PP), también situado en la plaza.

El grupo de propietarios que piensa secundar la "huelga", término que emplearon para definir el cierre del próximo domingo, consideran que la orden municipal que obliga a los locales a reducir la extensión de las terrazas exteriores es lesiva para sus intereses económicos e "inoportuna" en el actual momento de la temporada turística.

Diversos empresarios decidieron presentarse ayer en el Ayuntamiento, sin cita previa, para hablar con el alcalde Cifre, que les conminó a pedir una reunión de forma individual. La reacción de los propietarios presentes en la improvisada reunión fue la de convocar la jornada de protesta para el próximo domingo.

La mayoría de empresarios recibieron anteayer las notificaciones municipales aprobadas en la junta de gobierno en las que se especifican los metros cuadrados de terraza que corresponden a cada negocio en función de su extensión.

Rafael Morro, propietario de Can Teresa, uno de los negocios de la plaza, presentó incluso un recurso potestativo de reposición contra el acuerdo municipal al considerar que, en base a la ordenanza actualmente en vigor, a su negocio le corresponderían 70 plazas de ocupación sobre la plaza ligadas al restaurante y otras 27 vinculadas a una vinoteca en la calle Antoni Maura, cuando la notificación municipal le permite 64 plazas.

Además, Morro alega que se produce un "agravio" entre bares y restaurantes, "puesto que a los primeros se les asigna una plaza por cada metro cuadrado de uso público interior del local y a los segundos una plaza por cada 1,5 metros cuadrados". A su entender, este parámetro "discrimina negativamente a los restaurantes en favor de los bares".

Según este empresario, la decisión municipal "pueden causar perjuicios de imposible o difícil reparación" para la empresa "y también para terceros, como trabajadores o proveedores", por lo que solicita la suspensión de la ejecución del acuerdo.

El alcalde se defiende

Por su parte, el alcalde Tomeu Cifre señaló que "si los empresarios quieren cerrar el domingo, allá ellos, es su negocio", y añadió que, en este caso, el Ayuntamiento "tiene la obligación de regular y mirar por el interés general".

Cifre confirmó que la mayoría de propietarios ya disponen de la notificación, acompañada de un plano en el que se marcan las plazas disponibles de terraza y su ubicación en la plaza, si bien todavía falta definir la situación de las terrazas en aquellos negocios que comparten una misma fachada. En los próximos días, la Policía Local realizará una inspección para comprobar si los empresarios se han adaptado a la normativa.