Prometieron que sería una solución más que efectiva y los primeros resultados lo están demostrando. Las nueve burras de Esporles que están limpiando el cauce del torrente de Sant Pere son las trabajadoras municipales más efectivas. Van a muy buen ritmo y a su paso no han dejado casi nada de vegetación: solo quedan los árboles y alguna que otra planta venenosa. "Ahora se ven todos los plásticos en el lecho, así que tendremos que organizar algunas jornadas de voluntariado para que podamos retirar la basura", explicó el regidor de Medio Ambiente, Vicenç Vidal. Si las trabajadoras burras del torrente siguen a este ritmo, se habrán comido todas las malas hierbas antes de hora. Las ´someres´ autóctonas son de lo más eficaces.