­Unas doscientas personas, entre ellos muchos menores de edad, se congregaron ayer en las inmediaciones de la plaza de la iglesia de Llubí para protestar ante la visita del presidente del Govern, José Ramón Bauzá. Corearon diferentes consignas a favor de la lengua y en contra de los recortes sanitarios.

Cabe destacar la poca utilización de insultos personales esta vez pero también la lejanía de los manifestantes del Casal de la Tercera Edad, donde se celebraba la reunión.

Desde las 20 horas se apreciaba un fuerte dispositivo policial. Sólo en la zona próxima a la reunión del PP se contaban una treintena de agentes de la Guardia Civil.

Los manifestantes redoblaban sus silbidos y quejas cada vez que se intuía la llegada de alguien al casal. La llegada de Joan Rotger, más de media hora antes que el presidente, fue pitada de forma estruendosa. El vicepresidente del Consell fue el único que llegó andando entre los manifestantes.

El presidente llegó pasadas las veintiuna horas y a través de una calle lateral que desemboca en el camino de sa Canastreta. Habitualmente, dos bolardos impiden el acceso de vehículos desde el camino al pueblo. Ayer fueron eliminados temporalmente para permitir el paso del vehículo del presidente Bauzá.

El celo policial se notó especialmente a la llegada del presidente pues incluso impidió que la prensa se acercase a menos de diez metros del presidente para poder sacar fotos de su llegada. Posteriormente se permitió hacerlo en el interior del local.