­La polémica está servida. El alcalde de Santa Margalida, el socialista Miquel Cifre, reprochó ayer vía telefónica al delegado del gobierno, José María Rodríguez, lo que considera una "ocupación militar" de la plaza de la localidad con motivo de la visita, el miércoles, del president del Govern, José Ramón Bauzá. El dispositivo, organizado al margen del Ayuntamiento, contó con la presencia de más de treinta agentes de la Guardia Civil, que prohibieron el paso a los aproximadamente 200 manifestantes, acordonados en un pequeño espacio junto al olivo.

A primera hora de la mañana de ayer, el delegado del gobierno llamó por teléfono al alcalde para excusarse porque, según dijo, no había visto la carta que le remitió Cifre el mismo miércoles en la que el edil reclamaba una explicación sobre el dispositivo policial que estaba previsto por la tarde de ese mismo día en la plaza. "Le pregunté por qué se había ocupado militarmente mi pueblo, por qué prohibieron la entrada a la plaza a todos los ciudadanos que no fueran del PP", explicó ayer Cifre. Sin embargo, siempre según la versión del edil socialista, Rodríguez no ofreció una explicación y aseguró que el dispositivo de seguridad fue organizado exclusivamente por la Guardia Civil. "Entonces, le pregunté que a quién tenía que dirigirme para pedir explicaciones, sin obtener respuesta", relata el alcalde. Finalmente, Cifre transmitió a Rodríguez que quería una "explicación por escrito del por qué se organizaron estas medidas tan desproporcionadas". "Ya te contestaré", respondió el delegado, según el edil.

A pesar del mal ambiente generado en la Vila por lo que el alcalde llama una "ocupación militar", Cifre sólo tiene buenas palabras para los agentes de la Guardia Civil, cuyo trato "fue muy correcto". También quiso "felicitar a todos y cada uno de los manifestantes, que hicieron uso de la libertad de expresión para manifestarse pacíficamente". "Hubiese querido abrazar a todos los presentes", concluyó antes de criticar la actitud de los militantes del PP que "se reían de los manifestantes desde el balcón, con gritos de ´Viva España´". Cifre asegura que el miércoles vivió "el momento más doloroso" de toda su vida política.

El caso de Pollença

Por otra parte, el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), lamentó ayer los incidentes ocurridos en la localidad el mismo día. "Fueron hechos muy lamentables por la edad de los manifestantes y la violencia que demostraron; parece que alguien les inculca un pensamiento único".

Cifre explicó que, una vez se hubo marchado la comitiva del president Bauzá, "todos los miembros del PP tuvimos que ser escoltados por la Policía Local hasta nuestros coches, recibiendo insultos y escupitajos, algo que, a mi entender, es muy triste".

El alcalde ´pollencí´ reprochó también la actitud de los partidos de la oposición municipal. "Me han decepcionado, porque ninguno de ellos ha expresado su rechazo a los incidentes y, además, parece que estén satisfechos; y no sólo eso, lejos de denunciar los hechos, algunos de ellos estaban con sus hijos menores de edad".