Unas 50 personas se han concentrado en la Plaza de España de Llucmajor para protestar por la subida de tarifas de las tres escoletas municipales contemplada en la modificación de la ordenanza fiscal aprobada en el pleno del Ayuntamiento este miércoles, con 12 votos a favor del Partido Popular. Padres y madres de los alumnos han portado pancartas en las que se preguntaban a qué escoletas van los hijos de los concejales y han reivindicado que "la educación no es un gasto, es una inversión". También han hecho una 'pitada' en señal de total desacuerdo por la aprobación de la ordenanza fiscal que elevará el precio del servicio en estos centros a 300 euros por niño al mes, lo que para los padres significa que "será una de las tarifas más caras de Mallorca". Afirmación que el alcalde del municipio, Joan Jaume Mulet, ha negado en el pleno celebrado hoy alegando que las tarifas "se equiparan a los precios de otros municipios".

El plan de ajuste que el Ayuntamiento presentó ante el Ministerio de Hacienda contemplaba una serie de recortes que afectarían a las escoletas municipales con el objetivo de disminuir los gastos de uno de los servicios más deficitarios de Llucmajor, según afirmó el alcalde.

De este modo, las escuelas públicas de Educación Infantil de Llucmajor contarán con quince auxiliares menos cuando comience el curso 2012-13. Hasta ahora, entre los tres centros de cero a tres años había 23 educadoras y 23 auxiliares de educación para 23 aulas. Aplican la llamada pareja educativa, es decir, que en cada clase hay dos personas que se encargan de enseñar a los pequeños, cuidarles y preparar las actividades.

El consistorio quiere rebajar el gasto en personal de los centros educativos. Para ello, el equipo de gobierno del PP ya anunció que no renovarán a las trabajadoras con contrato temporal. Pero el tijeretazo irá más allá y despedirán a ocho auxiliares interinas. En total, serán 15 empleadas menos de cara al curso que viene. Por lo tanto, quedarán 8 de las 23 auxiliares.

El alcalde argumenta que el mínimo legal es una asistente de educación por cada tres aulas. En cambio, las trabajadoras de las escoletes creen que supondrá una merma en la calidad de la enseñanza. "Llucmajor dejará de ser un referente en educación infantil; aquí se puede trabajar mucho con los niños", dice una empleada.

Los padres denuncian, además, que el Ayuntamiento prevé acabar con la cuota progresiva que pagaban por llevar a sus hijos a estas escoletas y que se establecía en función de la renta de cada familia por una cuota fija que podría llegar a los 300 euros, sin contar con el IVA del 18%, con los servicios de suplemento a parte, entre ellos el de comedor que costará 5 euros al día.

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