Con el que será su octavo disco casi horneado: "Faltan mejorar varios sonidos que quizás tan solo yo perciba...", y la ilusión de quien espera algo grande, el guitarrista manacorí Damià Timoner responde enciclopédico, atento. Y es que desde que en enero mandara un videoclip con una versión de un tema del mítico grupo de San Francisco, The Grateful Dead para un concurso de la banda, todo han sido buenas noticias, hasta los sustos. Cuando encabezaba la lista de los mejores, de repente, fue eliminado de la página web y de la competición. El motivo: Su reinterpretación del tema Cassidy ha gustado tanto que será proyectada en 550 cines de los Estados Unidos en próximo 19 de abril a las 19 horas.

—¿Cómo surgió la idea de participar en el concurso?

—Suelo visitar la página web de los Grateful Dead de vez en cuando y vi que se había abierto un concurso de versiones. Curiosamente la tarde anterior acababa de grabar el tema Cassidy para mi próximo disco Sòlid, así que llamé a Biel Barceló, grabamos un videoclip sencillo pero efectivo y lo enviamos.

—Y triunfó

—Sí, en principio lo ´colgamos´ en youtube y de ahí pasó a la página web del grupo. En nada sobrepasó las 4.000 visitas y me vi encabezando la lista de preferidos entre más de 3.900 videos.

—¿Cuál era el premio?

—Ser reconocido vía web, en la revista del grupo y en diversas publicaciones relacionadas.

—Y le eliminaron

—De la noche a la mañana, cuando fui a enseñárselo a un amigo el video ya no estaba, ni segundo ni tercero ni en ningún sitio. Y eso que tenía más de 14.000 visitas. Decidí enviarles un correo electrónico por si había hecho algo mal...

—Pero todo lo contrario

—Al cabo de un par de semanas y de los consiguientes nervios me contestaron: la versión será proyectada antes del estreno de un concierto inédito de los Grateful Dead del año 89, en 550 salas de cine de todos los Estados Unidos a la misma hora.

—¿Sorprendido?

—Para mí es increíble. Tenga en cuenta que me van a ver a mí, como ellos mismo me dicen "un chico de las recónditas Illes Balears en medio del Mediterráneo", ¡Más de 300.000 personas en pantalla grande!

—¿Tan fan es de los Dead?

—Mucho, hace 22 años cuando los escuché cambiaron incluso mi manera de concebir la vida.

—¿Y eso?

—Son un grupo especial, nacidos en los 60 en San Francisco en plena efervescencia hippy. A parte de ser unos músicos de una técnica excepcional vivían y tocaban todos juntos en una especie de comuna. Sus conciertos podían llegar a durar cinco, seis o incluso siete horas... Eran una tribu. ¿Usted cuándo nació?.

—En diciembre del 78...

—Cuando grabaron Shakedown Street. Me sé también los temas y el productor...

—Es usted una enciclopedia musical, ¿Puede hacer lo mismo con todos los que tiene en casa?

—Sí y deben ser sobre 4.000.

—¿Quizás todo esto cambie el rumbo de su carrera?

—Vamos a ver... de momento esperaremos a que todo esto acabe para sacar el nuevo disco.

—Usted ha tocado con músicos y guitarristas reconocidos

—Sí, con Raimundo Amador, Vicente Amigo, Ariel Rot, Kepa Junquera, Javier Vargas, teloneando a Lluís Llach...

—¿Pero aun así no se siente un desconocido en su propia tierra?

—Diría que pese a que hace ya 20 años que grabé mi primer disco en solitario, tal vez he sido poco escuchado en Mallorca. La gente de Manacor incluso me recuerda más de mi época clásica pese a que hace dos décadas que no toco nada relacionado.

—Lo suyo es la composición propia ¿Intimista?

—¡No! [risas], estoy un poco harto de ese adjetivo. Se podría decir que lo que hago es un pop rock esencial, eliminando toda la parafernalia e intentando sacar la esencia, ser claro, honesto y dejar que los sonidos sean audibles.

—¿Por qué incluye también versiones?

—Porque el público de mis conciertos me las pedía, Nirvana, Eric Clapton, Supertramp... Precisamente en 1993 cuando teloneé a Lluís Llach en Eivissa al final me pidieron otra canción y no tenía otra ensayada; así que decidí tocar el Black or White de Michael Jackson. Al público le encantó.

—Y todo ello sólo con una guitarra española

—En vez del nylon de las redes de pescar desde muy pequeño me decidí por el de las seis cuerdas. Creo que su sonido es especial, único.