El grupo ecologista Gob ha tildado de "disparate urbanístico" y "operación especulativa" el hotel de 1.200 plazas con campo de golf planeado en la finca de Son Durí de Sa Ràpita, junto a la playa de Es Trenc, y critica que el Govern promueve con él "el peor urbanismo posible en Campos".

En un comunicado difundido hoy, los conservacionistas también mencionan otro proyecto de hotel en este mismo municipio, el de la finca de Sa Vinyola, y añade que ambos son "un exponente de lo que representa el modelo económico basado en la construcción, la especulación y la destrucción" que el presidente José Ramón Bauzá y el equipo de gobierno de Campos "retoman como solución".

Afirma que el complejo hotelero que impulsa una promotora con el apoyo del Govern en Son Durí, que el Gob sitúa a unos 150 metros del Arenal de Sa Rápita, se debe evitar, ya que "transformará una gran cantidad de territorio y tendrá un elevado impacto sobre un entorno único gran valor ecológico y paisajístico".

Recuerda el caso de Sa Vinyola, una "operación urbanística fracasada" se vendió en su día como "la salvación de la economía, que tenía que generar miles de puestos de trabajo y riqueza para Campos, mientras que lo único que ha dejado son monstruos de cemento a medio hacer, sometidos a un proceso de degradación constante y dejando un paisaje desolador de cemento y tierra quemada".

Sa Vinyola, agrega, se encuentra a pocos metros de Son Durí y del Arenal de Sa Ràpita, y es ahora una urbanización de 37 hectáreas de las que se han edificado 20, las mismas que ocuparía el complejo hotelero de Son Durí.

"Cada vez se hace más evidente que el Govern Bauzá decide la política territorial a puerta cerrada en su despacho y para favorecer los intereses de unos pocos, ignorando a la sociedad o, lo que es peor, engañado haciéndola creer que lo hacen por el bien general (interés autonómico) porque generará dinero y creará puestos de trabajo", afirma el Gob.

Por ello, el Gob y la plataforma Salvem Sa Ràpita se marcan como objetivo evitar este "macro-proyecto" porque se trata, afirman, de una zona natural emblemática de importancia internacional, su imagen se usa para promocionar Mallorca, rompería "para siempre" la vocación residencial y de descanso del pueblo y consumiría cerca de 20 hectáreas de terreno bien conservado.

También se oponen porque en su opinión tendría un impacto visual a kilómetros de distancia, supondría una masificación del Arenal y representaría una grave amenaza a la conservación del ecosistema costero protegido bajo las figuras de ANEI, LIC y ZEPA.