­Es el reto de los conductores de Transabús: cumplir con el horario se antoja imposible. Los últimos cambios en la línea de bus interurbano 104, que discurre entre Palma y Peguera, han molestado tanto a los usuarios como los chóferes.

Este trayecto sale de la estación intermodal de Palma y une Cala Major, Portals Nous, Palmanova, Magaluf, Son Ferrer, el Toro, Santa Ponça y la Costa de la Calma hasta llegar a Peguera. En estos más de 40 kilómetros, no hay ni un solo tramo de autopista; la línea va por la costa de Calvià. Casi toda la ruta se realiza por zona urbana, con sus consiguientes semáforos y numerosos badenes y rotondas. Además, el conductor ha de parar el bus 54 veces, abrir puertas, cargar pasaje, cobrar billetes y volver a arrancar. Y todo ello en una hora y media. Noventa minutos exactos. Ni más ni menos.

"Es imposible, no podemos dar más. Cuando intentas cumplir el horario y no llegas, te crees que eres tonto. Pero cuando ves que nadie lo consigue, te das cuenta que la culpa es del horario", dice uno de los conductores de la línea 104, Jesús Alonso, que también es delegado sindical de UGT en Transabús.

Su queja radica en que hasta el pasado 1 de noviembre disponían de quince minutos más para completar el trayecto: 1 hora y 45 minutos de ida, idéntico tiempo de vuelta, y 15 minutos de descanso cada dos viajes para cuadrar algún posible retraso.

Pero sus nuevos horarios están mucho más apretados. Hora y media por trayecto y los descansos son muchos menos frecuentes. "El personal sale antes de su hora para poder llegar a tiempo y renuncian a su descanso. No se pueden cumplir horarios porque, por ejemplo, algunos circulan antes de tiempo y otros van con una hora de retraso", añade su compañero y también representante sindical de UGT, Ángel Moyá.

Pasajeros descontentos

Ambos conductores relatan detalles como que, en algunos viajes, cuando llegan a la estación intermodal disponen de cero minutos para que el pasaje abandone el autobús y cobrar todos los nuevos billetes. Si han de ir al baño, salen con todavía más retraso. "Cuando te sientas en el autobús no te levantas hasta que terminas", comenta Alonso.

Diario de Mallorca pudo comprobar que los pasajeros están muy descontentos con el servicio y plantean numerosas quejas a los chóferes, que han de responder en nombre de la empresa. Moyá relata que el cabreo de los usuarios una vez llegó al punto de que una mujer que iba a trabajar intentó agredirlo por llegar a Palma con 30 minutos de retraso. Y eso que aseguran los conductores que a veces se ven obligados a conducir a una velocidad inadecuada para intentar ser puntuales, aunque otras veces no tienen más remedio que saltarse paradas €por orden de la empresa­€ para ponerse hora.

Los delegados sindicales achacan estos reajustes horarios a que la compañía Transabús ha despedido a dos trabajadores y no ha cubierto sus plazas. Este rotativo se puso en contacto hasta ocho veces con la empresa concesionaria de la línea, pero sus responsables no atendieron las llamadas.

El billete para subirse al rally de la línea 104 cuesta 2,9 euros hasta Palmanova. Alonso y Moyá recuerdan que este bus es un servicio público y que, en esas condiciones, "no se puede prestar correctamente". A partir de enero, explican que aumentarán los pasajeros en la zona de Calvià con la llegada de los turistas del Imserso. "Si ya no damos abasto ahora, esto se convertirá en un sálvese quien pueda", sentencian.