­El ayuntamiento de Manacor ya ha puesto en marcha un paquete de medidas para el ahorro energético en la vía pública. El alcalde Antoni Pastor (PP), anunció ayer que se reducirá en un 40% la intensidad del flujo lumínico en los principales paseos y avenidas de todo el municipio, como medida anti crisis y "porque aunque no estemos obligados a ello, es una de tantas decisiones que hay que tomar si queremos un ayuntamiento responsable y saneado".

Se ha empezado por bajar la potencia de las farolas de todo el paseo del Ferrocarril (donde está situado el nuevo auditorio y lugar muy transitado por corredores y ciclistas durante las tardes). Le seguirán la ronda de Felanitx, la zonas de la estación de trenes, la ronda des Port o la costa den Blau y los alrededores del instituto de Porto Cristo.

El regidor de Servicios, Antoni Sureda (PP), es el encargado ahora de calcular durante los próximos meses, las cantidades económicas que ahorrará la medida hasta final de año, para determinar su ampliación. "Hemos intervenido en todas aquellas vías más modernas, que estaban preparadas y disponían de un regulador lumínico; en las demás se intentará, si es posible, aplicar otras fórmulas", explicaba Pastor.

Y es que lo mismo pasará en las instalaciones deportivas municipales y algunos de sus accesos. Habrá restricciones en la pista de atletismo y el campo de fútbol de la torre dels Enagistes, los pabellones cubiertos, en el hipódromo (el Instituto Hípico asumirá el coste eléctrico a partir de enero) o en el complejo de na Capellera. Asimismo, está previsto que las luces de la ronda de enlace entre el núcleo urbano y el centro de tecnificación de tenis, se apaguen a partir de medianoche.

Incluso edificios tan significativos como el claustro barroco de Sant Vicenç, el museo de historia o elementos escultóricos de distintas plazas, pueden verse afectados en breve. "Asimismo es muy probable que en agosto tengamos que cerrar algunas instalaciones municipales, aunque manteniendo los servicios mínimos".

Tampoco habrá luces de Navidad

El tijeretazo también afectará a la iluminación navideña de todo el municipio, que sólo se concentrará en punto estratégicos, como delante de algunas iglesias. "Entiendo que los comerciantes o los ciudadanos puedan estar tristes, no es una medida del gusto de nadie, pero hay que tener en cuenta que con ello nos ahorraremos entre 50.000 y 70.000 euros, tirando por lo bajo", apuntaba el alcalde. Cifra proveniente sobre todo de no tener que pagar las horas de los operarios para instalarlas o la reposición de bombillas dañadas.