­Cinco meses después de la toma de posesión del nuevo equipo de gobierno del PP en el ayuntamiento de sa Pobla la crispación vuelve a convertirse en protagonista de los plenos municipales de la corporación. El pleno extraordinario cuya celebración estaba prevista el pasado jueves a las siete de la tarde fue suspendido a los veinte minutos ante las amenazas de los partidos de la oposición de impugnar la sesión al considerar que su convocatoria era irregular. La respuesta del alcalde fue ordenar que el pleno se celebrara ayer viernes a las 6,30 de la mañana, un horario inédito hasta la fecha para este tipo de trámites municipales. Según la oposición municipal, integrada por los Independents, la Lliga Regionalista, el PSOE y el PSM, "la comisión informativa, que se celebró un día antes del pleno, no fue convocada según marca la ley, ya que entre la convocatoria y la celebración no habían transcurrido dos días hábiles", por lo que el pleno era ilegal. Por ello, los portavoces instaron al equipo de gobierno a suspender la asamblea y amenazaron con presentar un recurso de reposición en su contra si el PP no suspendía la sesión.

Por su parte, el alcalde de sa Pobla, el popular Biel Serra, aseguró que "durante la junta de portavoces que se celebró una semana antes, todos los portavoces acordaron de palabra que se celebrara el pleno pese a que no se llevara a cabo según marca la ley", palabras que todos los regidores confirmaron, excepto el portavoz del PSOE, Lluís Socias. No obstante, ante la advertencia del secretario de que si se celebraba el pleno se cometería una ilegalidad, el alcalde, visiblemente molesto, optó por suspender el pleno, pero guardándose un as en la manga. Convocó para el día siguiente un pleno urgente a las 6.30 de la mañana, ante la estupefacción de los regidores de la oposición.

Serra criticó que "no se diera validez a los acuerdos que se toman verbalmente", advirtiendo a la oposición que "la credibilidad es importante en política" y especuló que "la voluntad de la oposición de suspender el pleno venía motivada para cobrar una nueva dieta". Estas palabras causaron cierto estupor en la oposición y terminaron con la renuncia en bloque de todos los regidores de cobrar por la asistencia al pleno suspendido.

Duros encontronazos

Durante la celebración del pleno urgente de ayer hubo también diferentes encontronazos entre el alcalde Serra y los portavoces de IxSP, Joan Comes, y del PSOE, Lluís Socias, que a punto estuvieron de terminar con la expulsión de la sala del portavoz de IxSP. Comes acusó al PP "de pasar el rodillo a la oposición" y "de abusar del poder", a lo que Serra contestó que "quien no tiene ganas de trabajar por la tarde, lo tiene que hacer por la mañana", negando que la convocatoria del pleno a las 6.30 de la mañana respondiera a una rabieta.

El pleno aprobó, con los votos a favor del equipo de gobierno del PP, la subida de diferentes tasas como la de recogida de animales, que pasa de 50 a 90 euros, la aprobación de nuevas tasas como la expedición de documentos, que costará tres euros, así como la aplicación del IPC en algunos impuestos como el IBI, decisión que la oposición criticó al considerar que "aplicar el IPC significa aumentar la presión fiscal".