El Parc Natural de Llevant vivió en la mañana de ayer su particular Operación Burros. Una historia de lo más singular que constata como los animales también sufren la archiconocida crisis.

En el año 2001 el IBANAT y Maderas Alastre S.A. iniciaban un proyecto pionero en España, para mantener limpios los cortafuegos de las montañas utilizando burros. Gracias a un acuerdo entre las partes hace seis años se destinaron unos 25 asnos a limpiar los cortafuegos del Parc Natural de Llevant. Ayer por la mañana los 22 ejemplares que actualmente había en el parque fueron retirados por personal de Maderas Alastre S.A. y técnicos del IBANAT.

Según manifestaron fuentes de la empresa a este periódico el motivo son los recortes que está realizando la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio del Govern, que conllevan a la reducción de este gasto que ascendía a unos 4.000 euros mensuales. Las mismas fuentes señalaron que la administración autonómica llevaba además un periodo considerable de tiempo sin pagar a la empresa por el servicio prestado por sus burros, periodo que podría superar un año.

Una función extraordinaria

Homero Carrasco es la persona de la empresa que cuidaba y alimentaba diariamente a los animales. En opinión de Carrasco éstos realizaban labores de limpieza importantes dentro del espacio protegido del Llevant. Se marcaban unas parcelas con cerramientos eléctricos y una vez acondicionadas, los traspasaban a otras para mantener las zonas de cortafuegos en óptimo estado.

Para su cuidador, es más práctico y económico utilizar los burros que brigadas de limpieza. Las brigadas tienen dificultades en acceder a determinadas zonas, les es difícil desbrozar en terrenos con mucha piedra y finalmente hay que retirar todo lo cortado, mientras que el asno no tiene estos problemas.

A las ocho de la mañana los animales fueron cargados, con muchas dificultades, como si no quisieran marcharse del Parc Natural de Llevant, en un camión especial para su transporte que los ha llevado a las montañas de Huesca, donde seguirán realizando labores de limpieza de cortafuegos. Su barco para desplazarse a la península zarpaba al mediodía. Fue, en definitiva, una operación algo compleja, curiosa e incluso emotiva. El parque pierde simpáticos pobladores y se queda ahora más desprotegido.