El Ayuntamiento de Llucmajor aprobará en el pleno municipal de hoy una nueva tasa por realizar mediciones de ruidos en locales y establecimientos, que oscilará entre los 496 y los 864 euros según cuándo se realice el control.

Las pruebas de volumen se practican a partir de denuncias por exceso de ruidos. Las mediciones son un servicio municipal que, en el caso de Llucmajor, están subcontratadas a una empresa privada.

A partir de la entrada en vigor de esta tasa, la tarifa de medición de ruidos recaerá o bien sobre el demandado o bien sobre el demandante.

En caso de que la persona que interponga la denuncia tenga razón y el local exceda el límite de decibelios, el establecimiento habrá de pagar la tasa, mientras que si el volumen no supera el máximo permitido, será el vecino denunciante quien tendrá que asumir el coste del servicio municipal.

El precio de la medición de ruidos oscilará entre los 496 y los 864 euros. La tarifa más baja (496 euros) corresponde a las pruebas que se realicen en horario diurno de lunes a viernes. Si el equipo ha de desplazarse en horario nocturno en días laborales, el coste ascenderá a 616 euros.

Los fines de semana realizar una medición será todavía más caro, ya que la tarifa de los sábados será de 772 euros, mientras que los domingos y los días festivos se pagará la cuantía más elevada (864 euros).

Diario de Mallorca intentó repetidamente ponerse en contacto con el regidor de Medio Ambiente, Joan Antoni Amengual (PP), para conocer el porqué de esta nueva tasa. Hoy se someterá a votación en el pleno municipal y, previsiblemente, será aprobada con los votos a favor del PP, que ostenta la mayoría absoluta en el municipio.

Un problema para los vecinos

Esta nueva ordenanza fiscal podría suponer un problema para los vecinos que quieran denunciar los excesos de ruido, sobre todo en los casos más cercanos al límite legal.

Actualmente, este tipo de quejas vecinales son frecuentes en la zona costera de s´Arenal y, muy especialmente, en verano.

El aumento de la población durante la temporada alta turística supone la apertura de más establecimientos de ocio nocturno, que conllevan la presencia de más ruido y, en algunos casos, pueden suponer un problema para el descanso de los vecinos.