La nueva junta directiva de la cofradía de pescadores de Sant Pere, con sede en el puerto de Alcúdia, pero que incluye también a los profesionales de can Picafort y Colònia de Sant Pere, reeligieron la noche del pasado jueves a Gabriel Payeras como patrón mayor. Además de la reelección se habló de las restricciones que plantea la Unión Europea en la normativa que quiere aprobar para el período de 2014 a 2020.
Uno de los puntos que más preocupa a la cofradía es la obligación de llevar a puerto los descartes. Se trata de la pesca que por exceso de cupo o por falta de interés comercial hasta ahora se ha venido arrojando al mar. Esta medida afecta sensiblemente a los arrastreros (barques de bou en mallorquín).
Antoni Llitrà, nuevo vice-patrón segundo de la cofradía, y pescador de arrastre, sostiene que "si se han de recoger los descartes y llevarlos a puerto significa un sobrecoste de eliminación que hará encarecer el pescado local". Según el profesional, el problema radica en que en Mallorca no existen las posibilidades de transformación que tienen los pescadores valencianos o catalanes. "Allí tienen muchas más posibilidades de aprovechar estos descartes", puntualiza.
Alegaciones
Por el momento la cofradía de Sant Pere se unirá a las alegaciones que presentará la federación de cofradías de Balears. No obstante, Llitrà planteó el jueves que existe la posibilidad de unir esfuerzos y que se proyecte un criadero de pulpos en la bahía que aproveche los descartes como alimentación. Gabriel Payeras indicó que otra solución posible sería una fábrica de harina de pescado "pero todo ello se debería acometer entre todos porque los costes serían elevados". De todas formas el presidente indicó que "estas ideas esperarán a ver que resuelve finalmente Bruselas".
La nueva junta directiva de la cofradía cuenta con una mujer entre sus miembros: Marilén Llitrà, elegida como vocal. Gaspar Vera es el nuevo vice-patrón primero. El resto de directivos son: Tòfol Ferriol (tesorero), Antoni Vallori, Gabriel Ferriol, Mateu Mora, Pep Bisbal, Joan Soler y Antoni Roig.
