La cuarta edición de la Fira de sa Sobrassada de Campos logró, pese al viento y la bajada de temperaturas, llenar ayer de visitantes las principales calles del pueblo, entre el olor del pebre bord y el sabor de los embutidos más tradicionales. El rojo teñía las decenas de paradas culinarias, mientras miles de personas desfilaban por la calle Santanyí en busca de una sobrasada para su despensa.

A las 10,30 horas, las principales autoridades autonómicas y locales, encabezadas por el conseller de Agricultura y Medio Ambiente, Biel Company, se concentraban frente al Casal Can Pere Ignasi para llegar, acompañados de xeremiers, al Auditòrium, lugar elegido para concentrar los principales vendedores, aunque de escasa superficie para todos.

El presidente de consejo regulador de la indicación geográfica protegida (IGP) Sobrassada de Mallorca, Mateu Castelló, excusaba el descenso de expositores asociados, debido a que "al ser muchas empresas de carácter familiar y con la crisis que estamos pasando, es difícil dejar de producir aunque sea un solo día".

Precisamente la llegada del tiempo otoñal, es la que marca el inicio del calendario de matanzas, cada vez menos frecuentes debido a las estrictas medidas sanitarias y a la falta de relevo a la hora de transformar al cerdo en productos alimentarios. Actualmente las cifras oficiales manejadas por el Govern, hablan de 2 millones de kilos producidos por año, entre los fabricantes de la IGP, 175.000 de los cuales pertenecen al porc negre criado en la isla.

Hoy será el turno para la ruta de tapeo Detapacampos, a partir de las 19 horas y la quinta Milla Nocturna, a las 20,30 horas.