Fernando Co, al que todo el mundo llama ´Coe´, es una figura muy conocida de la noche de Calvià. Él ha trabajado en la seguridad de BCM, Banana´s, Alexandra´s... Co quiere aprovechar esta experiencia profesional para dignificar la figura del portero que regula el acceso a los locales de ocio. Y, por eso, ha impulsado la Asociación Sindical de Porteros Profesionales de Balears, que, a pesar de tener su sede en Calvià, su ámbito de actuación será balear y para ello tendrá delegaciones en Palma y Eivissa. Entre sus retos inmediatos, está el de adecuar el colectivo a la nueva regulación profesional que prepara la conselleria de Interior del Govern.

–El tópico dice que para ejercer de guarda de seguridad en una discoteca basta ser una persona musculada con cara de malo...

–Un buen portero debe tener mucha tranquilidad y saber aguantar muchas tonterías. No puede ser una persona que en un segundo se cabree. Tampoco tiene que avivar conflictos. Es importante que sepa hablar al cliente y convencerlo para que se vaya del sitio si está causando problemas, que tenga psicología, en definitiva. Eso es más importante que la fuerza física.

–¿Y ese tipo de portero abunda? Lo digo, porque es un colectivo que arrastra cierta mala fama.

–No tenemos por qué ser siempre los malos de la película. La mayoría trabaja según la ley. El problema es la gente no preparada, que es la que crea mala fama al colectivo. Pero esas personas ya no podrán trabajar con la nueva regulación que prepara la conselleria de Interior del Govern.

–¿En qué consistirá?

–Hoy en día, una empresa puede contratar a una persona para hacer de portero, sin más. Pero con la nueva ley quien quiera trabajar en esto deberá tener un título profesional del Govern. Deberán pasar un test psicológico y estar sin antecedentes penales. Además, tendrán que hacer un curso de 60 horas sobre sus derechos y obligaciones y superar una prueba física como las que pasan los policías. Dos kilómetros corriendo, salto de altura, prueba de abdominales...

–¿Piensa que esta regulación acabará de una vez por todas con esa mala imagen?

–Sí, porque quien no la cumpla no podrá trabajar en esto. Es como cuando un policía no hace su trabajo como la ley manda. Se le retira la placa.

–¿Cuál es el perfil actual del portero que trabaja en Mallorca?

–Depende. En zonas como Magaluf, la mayoría son ingleses. Y en Palma, españoles. La mayoría de ellos son profesionales con muchos años de experiencia. Algunos de ellos entraron en este mundo, porque hace años llevaban un gimnasio y una discoteca les dijo de trabajar para ellos y de suministrarle más personal de seguridad procedente del gimnasio.

­–¿Usted se ha visto obligado muchas veces a recurrir a la violencia dentro de un local?

–Yo diría que el 90% de las veces en que he tenido que intervenir lo he hecho sin violencia. El portero está para ayudar y arreglar los problemas entre clientes y, si esos problemas no se resuelven, hay que llamar a la policía. Yo me he visto obligado a intervenir cuando no me quedaba más remedio que hacerlo. Si hay una pelea multitudinaria en que 10 personas están atacando a otras tres, yo tengo que actuar enseguida para que esas tres personas no salgan dañadas.

–¿De qué nacionalidad es el cliente que más dificultades causa a un portero?

–El cliente español.

–¿Más difícil que el británico?

–Los ingleses no son problemáticos. Les dices que no pueden entrar en la discoteca por lo que sea, y ellos se dan media vuelta y, sí, tal vez te insultan un poco, pero se van sin más. Pero el español, si le dices que no puede entrar porque no cumple las normas, te llama de todo, te pide el libro de reclamaciones y te complica la vida.

–¿Quién es más problemático: un cliente bajo los efectos del alcohol o de las drogas?

–El problema son los amargados, ésos que vienen y están fuera de lugar. Con esta gente, hay que tener mucha psicología, intentar dialogar con él y decirle: "Señor, está usted bebido, salga un momento, váyase a tomar un café y, si se encuentra mejor, vuelva".

–Supongo que esa psicología tiene más efecto cuando procede de una persona con un físico imponente...

–Pero es que un buen portero puede ser una persona delgada, con capacidad de conversación y de persuadir al cliente, y no necesariamente salido de un gimnasio.

–Como asociación sindical, ustedes velarán también por los derechos laborales de los vigilantes de seguridad. ¿Cuáles son sus principales amenazas?

–Hay algunas empresas que utilizan a su personal de seguridad como relaciones públicas. Y eso no puede ser. Lucharemos para que se reconozca la dimensión profesional del portero.