"No nos queda otro remedio que ahorrar en las fiestas patronales. Hacerlas más modestas, más participativas". Lo dice el alcalde de Búger, Bartomeu Alemany, que ha recortado esta partida en 10.000 euros. En Mancor de la Vall han reducido el presupuesto festivo en 50.000 euros. Bernardí Coll afirma que han recurrido a "bandas del pueblo en vez de grupos con más caché, voluntariado y prescindir del algunos actos". Por ejemplo, este año no montarán una carpa en la plaza para celebrar la Nochevieja. En Petra, además de pedir la participación ciudadana de las asociaciones locales, han eliminado los fuegos artificiales. En total, 20.000 euros que no gastan, dice la alcaldesa Caterina Mas. Las fiestas estivales de Consell duraron cinco días menos. "Son 30.000 euros menos en actos y horas extra de la policía y la brigada municipal", detalla el munícipe Andreu Isern. Desde Pollença, Bartomeu Cifre se queja de que las partidas de fiestas ya estaban agotadas cuando entró a gobernar. "Las fiestas patronales pasaron de 250.000 a 120.000 euros, porque era uno de los gastos más prescindibles", señala. Otros consistorios han optado este año por no hacer regalos en sus fiestas, como la botella de vino de la ´vermada´ de Binissalem, o la bolsa con la que se obsequiaba a cada familia en el Dijous Bo. Desde el Ayuntamiento de Inca, que dirige Rafel Torres, indica que el presupuesto de su gran fiesta volverá a decrecer: de los 280.000 euros de 2010 a 168.000 este año. El alcalde de Costitx, Antoni Salas, aclara que no podrán invitar a ensaimada y helado en la cena ´a la fresca´ o que evitan los canapés en las inauguraciones. Medidas como esa les ahorrarán 22.000 euros en las cuentas de 2011. Sencelles se ha gastado 20.000 euros menos en sus verbenas, y Selva dejará en la caja 50.000 euros que antes iban a ferias y fiestas. El recorte económico más drástico en este apartado lo ha hecho el Ayuntamiento de Santanyí. El consistorio que preside Miquel Vidal ahorrará 150.000 euros solo en festejos populares.