La consellera insular de Medio Ambiente, Catalina Soler, y el director general de Recursos, Antoni Serra, visitaron ayer la almazara de Caimari para determinar la posibilidad de que los residuos de producción de aceite (alperujo) se puedan incinerar en la planta de son Reus. Soler acudió a petición del ayuntamiento de Selva.

Cristòfol Barceló, concejal de Medio Ambiente, explicó que "lo que pretendemos es llegar a un acuerdo con el Consell para que podamos dar una solución a un residuo no urbano, pero que tampoco es peligroso".

Soler explico que "a priori, no tiene porque haber problemas. Hablamos de un material, básicamente restos del hueso y piel de la oliva, que tiene un alto poder calórico y que incluso puede resultar interesante para la generación de energía eléctrica". La consellera justificó la visita porque "en unos 15 días comenzará la campaña aceitera y es conveniente tener resuelto que hacemos con los residuos".

Pere Seguí, alcalde de Caimari, asegura que "hasta ahora los productores han tenido la ayuda de la compañía Cemex, que absorbía el residuo para usarlo en su planta de cemento, pero la crisis ha hecho reducir la demanda".