Resulta gracioso observar cómo, probablemente sin mala intención, se trata a los árbitros como a indigentes. La fotografía superior corresponde al Camp Nou de Inca. Durante el último partido se colocó este cartel en un carrito de supermercado en el que además se arrojaron algunos desperdicios. Seguramente el que lo hizo solo quería señalizar el lugar donde debían aparcar y no sugerir nada más, porque el árbitro del pasado domingo tampoco lo hizo tan mal.

¡Recuerdos de parte de Pere Rotger!

Imagínense una sesión plenaria en un ayuntamiento de cierta entidad; pongamos Inca. Con una sala de sesiones adecuada y con un hemiciclo de cierta calidad. Imagínense un patio de butacas para público, con algunas personas asistiendo a una sesión muy seria; pongamos que se hablara de la aprobación de las cuentas públicas, déficit presupuestario, suscripción de préstamos, y en un momento dado el teniente de alcalde, teléfono en mano, toma la palabra y dice: "Disculpen, es Pere Rotger que les manda recuerdos". ¿Se reirían? Los que estábamos allí nos mondábamos.