­Algo más de 30 personas tuvieron que ser tratadas anteayer en el centro de salud de Felanitx, por problemas relacionados con la exposición al espray lacrimógeno utilizado por la Policía Local tras la misa de Sant Agustí, cuando una multitud zarandeó a la clase política encabezada por la presidenta del Consell, Maria Salom, el conseller de Agricultura, Medio Ambiente y Movilidad, Gabriel Company, la consellera insular de Medio Ambiente, Catalina Soler y el alcalde de Felanitx, Gabriel Tauler, todos ellos del Partido Popular. Otros 70 afectados por el pulverizador que reclamaron atenciones, no precisaron de cuidados después de que los efectos fueran remitiendo.

Irritaciones en los ojos, conjuntivitis, inflamación de las mucosas en labios, nariz y cara fueron los cuadros más comunes. Algunos agravados por las peculiaridades de los pacientes, varios de ellos asmáticos y otros tantos menores de cuatro años. "Según fueron llegando se veía que el uso del espray no estaba justificado. No se utilizó contra unos pocos, sino indiscriminadamente contra todo el mundo", recordaba ayer una de las trabajadoras del centro.

Todo transcurría con normalidad durante los actos previos a la tradicional celebración religiosa. Fuera del Convent, la peña taurina el Coso, aguardaba la salida de los políticos para hacerlos pasar por debajo de su palio en intentar que besaran a la Quica, una pequeña ave disecada símbolo del colectivo. Junto a los peñistas, unas 1.000 personas más llenaban a reventar el espacio. Ocho agentes locales y una veintena de la Guardia Civil intentaron custodiar a la comitiva del agua, aerosoles festivos, achuchones e insultos varios con los que iban siendo ´obsequiados´.

En ese instante varios policías decidieron intervenir. Tras empujones disuasivos de efectivos de ambos cuerpos, entre tres y cuatro agentes locales sacaron sus esprays y los rociaron entre la multitud, creando una situación de nervios y confusión.

"Siguieron el protocolo"

El inspector jefe de la Policía Local de Felanitx, Miquel Soler, no pudo precisar ayer por la mañana cuántas denuncias ciudadanas se habían cursado en comisaría. "Todavía no puedo decir nada porque primero necesito reunirme con el alcalde para hablar del asunto. Hoy [por ayer] es festivo en Felanitx, ha habido cambios de turno y muchos efectivos han acabado a las siete de la mañana. Necesito recabar más información".

Aunque Soler no quiso entrar a valorar la actuación de sus subordinados, sí que lo hizo el alcalde Gabriel Tauler, quien defendió su trabajo y su derecho de actuar: "Ellos mismos deciden según el manual. Vieron que había un peligro para la integridad física de quienes estábamos allí y que se estaba formando un tumulto difícil de controlar, así que actuaron en consecuencia". Tauler no cree exagerada la respuesta: "Esta vez se formó una avalancha de personajes dispuesta a hacer daño y que se cargaron diez días de fiesta cívica, dejando en muy mal lugar el nombre de Felanitx. Además no se trata ni de gas mostaza ni de espray pimienta, es simplemente un líquido defensivo cuyos efectos se van a los cinco minutos".

Para los facultativos, hubo efectos que no mitigaron ni siquiera transcurridos 60 minutos y que necesitarán de un tratamiento específico. Es el caso de la reacción bucal que sufrió el regidor socialista, Antoni Nadal: "Intentaba separa a unas cuantas personas de los agentes cuando recibí una dosis de espray en plena boca. Todavía tengo el cuello irritado, llagas y dificultades para hablar".

La peña el Coso por su parte, ha querido desmarcarse de cualquier tumulto agresivo previo a la actuación policial: "Queremos condenar de manera enérgica y profunda cualquier acto de violencia ocurrido a la salida del oficio religioso en el Convent de Sant Agustí. Puede haber lugar para las reivindicaciones, pero no para la violencia".

"Estos actos perpetrados por cobardes, ya sea llevando el distintivo de alguna peña, vistiendo de paisano o de uniforme, solo desprestigian una celebración que es muy importante para toda la gente del pueblo. Como mínimo debe respetarse eso".

El PP condena los actos

El secretario general del PP en Balears, Miquel Ramis, también se sumaba ayer a la condena: "Lamento que una fiesta de gran calado popular y seguida por multitud de mallorquines, se vea empañada por la actitud incívica e intolerante de una minoría".

Critica a su vez los insultos y "los baños agresivos con agua y harina" a los que fueron sometidos los representantes conservadores, a quienes incluso se les llegaron a lanzar lenguas de cerdo muerto. "El PP quiere manifestar su apoyo y solidaridad con el pueblo de Felanitx, que disfruta de manera sana y respetuosa de los actos festivos en honor a su patrón".