Con un sol de los que pintan la tez de aceituna, unos doscientos vecinos de Santa Margalida disfrutaron ayer de una jornada festiva. S´hort den Degollat, a unos dos kilómetros del pueblo, fue el escenario ideal para llevar a cabo una demostración de trillado con caballería y otras labores propias de la era. La Festa des Batre fue recuperada ayer, con éxito, después de nueve años sin celebrarse.

La convocatoria constituyó un aperitivo de la fiestas de la Beata. Hoy tendrá lugar el acto inaugural por excelencia, el pregón que pronunciará el periodista de DIARIO de MALLORCA, Josep Capó, a las 20 horas en la iglesia parroquial.

Hombres y mujeres, ataviados con ropas ligeras que pretendían recordar la vestimenta de antaño, se congregaron en la plaza alrededor del 14,30 horas. Todos con su sombrero de palmas iniciaron el recorrido a pie hasta la era.

Abrían la comitiva varias carretas, tiradas por caballerías, que cargaban haces de cebada y haboncillo. A la llegada, varios hombres ofrecían a los caminantes bebida de sus botijos. "Aigua destilada", gritaba uno de ellos mientras guiñaba el ojo para indicar que se trataba de agua con cazalla.

Las señoras se aprestaron a preparar sus utensilios de cocina junto a uno de los porches. El calor de los fogones comenzó a atemperar las greixoneres donde, las veteranas vileres, pronto tuvieron listo el sofrito, la base de unas ricas sopes d´era que más tarde degustarían todos.

Entre tanto los hombres esparcían gavillas por la era ante centenares de ojos atentos. Los jóvenes hacían preguntas sobre lo que veían para orgullo del alcalde, Miquel Cifre, que gustoso exclamaba: "Esta es la alternativa sana de nuestra juventud al botellón". Aunque cabe destacar que las herbes y el mesclat corrieron, pero con mesura.

Maestros improvisados

Tanta curiosidad había por saber que madó na Margalida de can Bou y l´amo en Mateu Gallardó, tomaron el micro para dar una cumplida explicación. Entre tanto, Salvador Barceló y Bernat Mas, de Vilafranca, hacían rotar al mulo mientras cantaban tonades de batre. Durante varias horas la gente disfrutó de ver como trabajaban hace tiempo sus abuelos.