"Comercializar el ganado producido por los socios", el gran objetivo que impulsó el nacimiento de Ramaders Agrupats en 1982, ha pervivido durante las casi tres décadas de existencia de esta sociedad agraria de transformación (SAT) que elabora y vende sus productos animales de forma directa, sin intermediarios. Está formada por treinta y ocho socios ganaderos, de los cuales el noventa por ciento pertenece al término municipal de Felanitx.

Sus instalaciones ubicadas junto a la carretera a Porreres, en la entrada a la localidad, disponen de matadero, sala de despiece, fábrica de embutidos, dependencias de preparación de la carne en canal y laboratorio que "permite el control de la producción desde que el animal llega al matadero hasta que sale transformado para consumo".

Distinciones

El paso de un solo trabajador fijo en 1982 a 53 empleados en 2011 da muestras del progreso de una empresa que ha merecido los certificados ISO 9000 por su calidad e ISO 22.000 por su seguridad en alimentación. Ha recibido, entre otros, el premio a la ´Mejor empresa alimenticia española´ en 2001 por parte del ministerio de Agricultura y Pesca, el premio a la ´Iniciativa a la qualitat de la indústria alimentària 2002´ de la conselleria de Agricultura y Pesca y el diploma de honor de la Cámara de Comercio de Balears.

"El punto fuerte de venta de Ramaders Agrupats es la carne fresca", afirma Margalida Obrador Bennàssar, su gerente, ingeniera técnica industrial y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. La cooperativa dispone de cinco puntos de venta propios, tres en Felanitx, uno en Portocolom y otro en Campos. Nutre el sector de la restauración, otras carnicerías, supermercados y a la hostelería. "La certeza de que el consumidor sabe qué es lo que lleva a la mesa", representa la mejor garantía.

Además de la carne fresca, elabora productos diversos entre los que se cuentan la sobrasada, longaniza, camaiot, butifarra, salchichón, sobrasada blanca, chorizo, chistorra, panceta adobada, lomo embuchado, manteca de cerdo; salchichas bradwurst, frankfurt y frescas; hamburguesas, embutido de magro de cerdo, mortadela, brochetas, butifarra catalana, albóndigas de matanzas, sopa rellena, croquetas, canelones, rebozados; rellenos de pollo, de ternero y de cerdo, "todo elaborado con recetas caseras y artesanas".

"No producimos a partir de bueyes y vacas. Los animales que los socios traen a la fábrica son terneras de entre uno y dos años y medio y cerdos, lechonas, corderos…", afirma Obrador Bennàssar que desde 1998 trabaja en la empresa que conoce a fondo desde pequeña, puesto que su progenitor es socio fundador y vicepresidente. "Recuerdo que cuando era niña, mi padre venía a casa muy tarde puesto que era la época de reuniones en torno a la mesa camilla de quien fue gerente durante 28 años, Antonio Montserrat". Eran los tiempos en que se gestaba una empresa en la que Margalida "ha vivido siempre".

Evolución

Ramaders Agrupats se creó en 1982 con treinta y nueve socios, bajo la presidencia de Joan Veny García que todavía permanece al frente de la entidad. Los socios (o familiares) son prácticamente los mismos.

Entonces disponían de una carnicera, su único empleado. Sin sueldo establecido, los socios y sus mujeres se turnaban en las labores propias de producción. Incluso "cada uno de ellos aportó su propia silla que había pagado de forma particular. Son cuarenta muebles que todavía utilizamos", apostilla la gerente.

Los clientes aumentaron rápidamente puesto que "sabían la procedencia de la carne que consumían". La carnicería no podía absorber la producción de los afiliados, por lo que en 1985 la asociación compró la vieja fábrica de embutidos de la calle Estrella. Adquirió dos furgonetas frigoríficas y montó una pequeña red comercial que fue ampliándose velozmente. Abrió nuevas carnicerías, dos en Felanitx, una en Portocolom y otra Campos.

Nuevas directrices

En el año 1990 salió la normativa de la Comunidad Europea que estableció que las industrias como la felanitxera debían adaptarse a las nuevas directrices. "Nosotros o bien nos adaptábamos o nos retiraban del mercado. Sabíamos que el cambio era muy costoso; a pesar de ello, decidimos seguir adelante con un nuevo proyecto con el fin de continuar con nuestras explotaciones ganaderas", apunta Obrador.

De esta forma, en 1995 se estrenaron las nuevas y actuales instalaciones que ocupaban 1.200 metros cuadrados, junto a la carretera de Porreres. La maquinaría y tecnología fueron renovadas. En el año 2000 se produjo una nueva ampliación con la construcción de un anexo de 600 metros cuadrados.

Obrador, ingeniera y licenciada y gerente de esta cooperativa que va a cumplir treinta años de producción con buenos resultados, no arroja la toalla: "Somos conscientes de esta coyuntura económica, de que los productos mallorquines son más caros a consecuencia del factor insular, pero desde Ramaders Agrupats haremos todo lo posible para que nuestros ganaderos sigan explotando comercial y directamente sus animales". Pese a las dificultades, ilusión y ánimos para seguir actos.