El 23 de julio de 1961 la Serra de Tramuntana estrenó el asfalto que completaba la actual carretera Ma-10, que une Andratx y Pollença. El ingeniero Miquel Àngel Llauger i Llull, exdecano del Colegio de Ingenieros de Caminos, describió la vía en 1996 como "la más representativa entre las carreteras periféricas", ya que cruzaba la Serra de Tramuntana de norte a sur. La prensa de la época también percibió la importancia del trazado, sobre todo por el filón que suponía para el sector turístico. ´Diario de Mallorca´ destacó por aquel entonces que la carretera costó 59 millones de pesetas y que las obras duraron tres años. "Enlaza Sóller con Pollença a través de dos túneles y a lo largo de 17 kilómetros, doblemente asfaltados, pueden circular a gran velocidad en doble dirección los más grandes autocares", resaltó también este rotativo. "El estreno de esta carretera ha de ser y será sin duda el capítulo primero de ese gran plan que urgentemente necesita Mallorca para seguir siendo la primera provincia en allegar divisas turísticas para el erario español", afirmaba el diario.

Cincuenta años después, esta vía sigue jugando un papel muy importante en las comunicaciones de la isla. Según el ingeniero de caminos Juan Manuel Pérez Ribas, "hoy en día la carretera es uno de los patrimonios de Mallorca, por el volumen de turismo que atrae", pero opina que la vía supone un lastre económico de cara al futuro. "Los muros de piedra que sostienen la montaña son muy valiosos, pero el coste de mantenimiento es muy elevado", concluye el experto.