Además de vender caracoles para alimentación, hay otros productos de los gasterópodos muy cotizados en el mercado. Un caso es el caviar blanco, es decir, los huevos del caracol. Según el experto en helicicultura, Albert Vidal, este producto es más exquisito que el caviar de beluga, tiene una textura más crujiente en boca. Por ello se puede llegar a pagar a 1.800 euros por kilo. El elevado precio se debe a que la producción de huevas de caracol es más reducida que en las belugas y, además, el producto ha de consumirse en un máximo de diez días tras la puesta, según explica Vidal. De hecho, para recopilar un kilo, hacen más entre 250 y 300 puestas (cada puesta de huevos pesa entre 3 y 4 gramos). Otro de los productos que se pueden extraer de los caracoles es la baba, muy demandada para productos de cosmética. Los productores mallorquines no se han planteado su fabricación, ya que se requieren especies diferentes a las que actualmente crían y unos cuidados más adecuados.