Cuenta la historia que en 1248, cuando el Papa Inocencio IV aporta una relación de las parroquias ya aparece la de Muro con advocación a Sant Joan Baptista. Antes del templo actual ya habría otra iglesia en la localidad en el mismo lugar, pero de dimensión menor e insuficiente para los 1.600 habitantes con los que contaba la localidad de Muro en el año 1569. Por ello, el obispo de Mallorca ordenó construir un nuevo templo más grande. El 19 de febrero de 1570 se colocó la primera piedra de la parroquia de Sant Joan Baptista de Muro. Las obras durarían hasta el 23 de junio de 1611, y es por ello que hace justo dos días se cumplían 400 años exactos de su existencia.

El templo es obra del arquitecto menorquín Sebastià Saura, de tradición y estilo gótico derivando en barroco con el paso de los siglos. Consta de una sola nave y siete capillas por banda.

El primer órgano, instrumento litúrgico por excelencia, sonó en 1612 gracias al rector Villalonga y al organista Rafel Femenia. Un edificio con tantos siglos ha vivido diferentes épocas y gustos. Fue concebido sin tejado, sólo con una terraza, pero en el siglo XVII, debido a las quejas registradas porque las humedades pudieron dañar el retablo, se decidió colocar tejas.

Elementos interiores como la fuente de bautizos data del año 1768 y los confesionarios son de 1889. Costaron 70 pesetas cada uno.

Capítulo aparte merecen los retablos de la parroquia. Al concluir la obra, en 1611, los recursos para adornar el templo se obtuvieron de la generosidad popular y de las diferentes cofradías. El retablo mayor es una referencia barroca mallorquina de primer orden y mide 17 metros de alto levantados en cinco etapas diferentes y a lo largo de 148 años. Otros retablos singulares que acoge la iglesia son el de la Immaculada Concepció, de Sant Sebastià, de Sant Miquel, el Roser (en cuya capilla encontramos otros cuatro retablos menores), de Sant Antoni o de Jesús, entre otros.

Junto a la iglesia se alza el campanario, singular por encontrarse separado del edificio principal y unido por un puente. Dice la leyenda ´murera´ que está separado porque al empezar la construcción había una calabacera y, para no dañarla, se decidió levantar el campanario a unos metros del templo, aunque este dato nunca se confirmó. La torre se empezó a alzar en 1640 y acoge cuatro campanas llamadas Bàrbara, Trinitat, Angelina y Eloi, que es la campana del reloj. Su altura de siete pisos lo hace visible en toda la comarca. Fue usado como torre de vigilancia e incluso prisión.

Actos de celebración

Con motivo del 400 aniversario del templo, la capilla del Roser acoge una exposición titulada ´Ornaments litúrgics de la parròquia´. Otro acto de celebración fue un oficio solemne presidido por el obispo Jesús Murgui ayer, día de la festividad de Sant Joan, patrón de la localidad, que celebra sus fiestas durante estos días.

Por otra parte, la iglesia del Convent de Santa Anna de Muro también ha sido noticia este año por las obras de rehabilitación que se han llevado a cabo.