La empresa concesionaria, Algalia, hizo una estimación de costes eléctricos que ha sido superada con creces por el consumo de las máquinas de la instalación. Según fuentes municipales, calculó 1.500 euros mensuales y en realidad se gasta más del doble. La razón de ello es la potencia de una de las máquinas imprescindible, por lo menos, en invierno: la deshumidificadora del aire. Sin ella, se concentra vapor que empaña los cristales y favorece el deterioro de la instalación. El concesionario estaba intentando renegociar su contrato para que el Ayuntamiento asumiera una parte del coste y abonase una cantidad fija. Entre tanto, ha ido advirtiendo, desde hace un año, que no podía pagar los recibos.