Más de 400 personas participaron ayer en una marcha reivindicativa para exigir la apertura del camino real de Bunyola a Lluc, que ha sido cortado a su paso por la possessió de Coma-sema, en Orient.

Desde hace décadas el propietario de esta finca exige que le pidan permiso para circular por esta vía tradicional que comunica Bunyola y otros municipios –como Esporles, Santa Maria o Palma– con Lluc.

Ayer, los participantes en la excursión encontraron la primera barrera, instalada a medio camino entre Orient y la possessió, abierta. La segunda, instalada a pocos metros de las cases de Coma-sema después de un desvío construido por el propietario en el camino tradicional, estaba cerrada cuando los excursionistas llegaron, aunque pocos minutos después también fue abierta.

Los participantes circularon entonces por el camino públicohasta la parte posterior de las cases, donde merendaron. Pocos minutos después de las 12.00 h., como estaba previsto en la información entregada a la Delegación del Gobierno, se dio por finalizada esta excursión reivindicativa.

Antes de la salida, en la plaza de Orient, se leyó el manifiesto del acto, que reclama "la recuperación de lo que es de todos, el camino de Bunyola a Lluc, que sin permiso ha sido cortado en la entrada de Coma-sema". En el mismo manifiesto se leyeron datos históricos que confirman la titularidad pública del camino desde el siglo XIV.

La marcha había sido organizada por entidades y vecinos de Bunyola con el apoyo de asociaciones pro caminos públicos de Mallorca y transcurrió sin incidentes.

Entre los participantes había personas llegadas de toda la isla. También se sumaron al acto el candidato al Consell por la coalición PSM-IV-Entesa, Joan Font, y el candidato a la presidencia del Govern por Esquerra, Joan Lladó.

El camino de Coma-sema, como es conocido el tramo del antiguo camino real de Bunyola a Lluc que pasa por esta possessió, es también una vía emblemática porque durante siglos ha sido una de las rutas tradicionales de peregrinación a Lluc.

A excepción de ayer, el propietario mantiene siempre la primera barrera cerrada y un portero automático con un cartel con un número de teléfono para que quien quiera circular por el camino le pida permiso antes. Curiosamente, una escalera instalada junto a esta barrera sí que permite salir de la finca a los que inician su marcha en la parte de Escorca. Un cartel advierte a los excursionistas de que la decisión es "totalmente legítima".

Antes de llegar a las cases, ha construido un desvío y cerrado la ruta tradicional con otra barrera.

Las entidades organizadoras también denunciaron que el ayuntamiento de Bunyola mantiene paralizado el Catálogo de Caminos del municipio, que le fue entregado por el Consell hace varios meses. Según los organizadores, este documento demuestra que el camino de Bunyola a Lluc es un bien público, por lo que las barreras que impiden el paso serían ilegales.

Los impulsores de esta marcha también afirman que en Bunyola habría más de una decena de caminos públicos que han sido cerrados o desviados.