En la última década, Esquerra Unida-Els Verds de Artà ha denunciado al Ayuntamiento por múltiples asuntos urbanísticos referentes a graves infracciones, casos como el de la famosa mansión del ex tenista Boris Becker, el cámping de la Colònia o las deficiencias en el teatro municipal. Ayer, Guillem Caldentey, actual edil de Els Verds+Esquerra, en la oposición, destacó el "final del calvario judicial sufrido por Julen Adrián y Maria Ramírez (miembros de la coalición rojiverde) por las demandas y querellas del ex arquitecto municipal Mateu Carrió".

Hace ya varios años, Carrió consideró que se atacaba a su honor e imagen y había presuntos delitos de calumnias e injurias, y decidió iniciar un proceso judicial tanto por la vía penal como civil. Ahora, EU+EV se felicita por el fin del proceso. La vía penal ha concluido y la civil se ha archivado definitivamente por la incomparecencia del demandante.

Caldentey, que de cara a los próximos comicios formará parte de Iniciativa+Els Verds, lamenta profundamente "este uso y abuso de la justicia como herramienta de ataque a la disidencia política y como modo de intentar acobardar una oposición incómoda". De hecho la Justicia defiende a EU+EV por desempeñar su trabajo de control sobre temas urbanísticos y medioambientales, "de interés general y de amplias repercusiones". Caldentey también cuestiona con dureza a los Independents y al pacto UM-PSOE.

Referente al teatro, por cierto que estos días se llevan obras de reparación a cargo de una UTE, el Consistorio reclama un millón.