El ayuntamiento de Santa Margalido ha incoado varios expedientes sancionadores por el lanzamiento de patos vivos al mar durante las fiestas veraniegas del núcleo de Can Picafort, en las que desde hace unos años está prohibida la suelta de animales reales al agua y se han sustituido por patitos de goma. A pesar de esta prohibición, en los últimos años se han producido casos de jóvenes que, con caretas para ocultar el rostro, han incumplido la orden y siguen tirando patos vivos.

En este sentido, el Defensor del Pueblo ha informado de la apertura de expedientes sancionadores contra los presuntos autores de la suelta de animales vivos a la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA), organización que ha denunciado el caso en diversas ocasiones ante esta institución del Estado. ANPBA ha solicitado ahora al ayuntamiento de Santa Margalida que le remita una certificación del acto administrativo.

Los hechos se remontan al 15 de agosto de 2009, cuando con motivo de las fiestas de Can Picafort, donde el lanzamiento de patos es uno de los actos más populares, se lanzaron animales reales al mar. Ese mismo año ANPBA interpuso una denuncia administrativa ante el Ayuntamiento por este hecho para depurar las presuntas responsabilidades.

El alcalde de Santa Margalida, Martí Torres (PP), confirmó ayer que la institución local ha abierto diversos expedientes sancionadores, y no sólo por los hechos del año 2009, tal y como refleja el informe del Defensor del Pueblo. Sin embargo, ninguno de los expedientes ha desembocado todavía en una sanción contra los presuntos autores. "En ningún momento hay constancia municipal de quienes son los autores de la suelta", asegura el alcalde. Antes de cada suelta de patos, el Consistorio avisa tanto al Govern como a la delegación del gobierno para que monten un dispositivo de control sobre la actividad. A partir de los informes y fotografías remitidas por la Guardia Civil al Ayuntamiento, la institución se encarga de abrir los expedientes, aunque hasta la fecha no ha podido demostrar que las personas que aparecen en las fotos sean los culpables de la suelta de patos vivos, según Martí Torres.