El Boletín Oficial de Balears (BOIB) publicó ayer el plan especial de protección y saneamiento de l´Horta i Tarongers de Sóller tras 18 años de procesos administrativos, revuelos políticos y suspensiones cautelares de licencias de obras.

El plan debe regular los parámetros urbanísticos de una importante franja de terrenos rústicos que rodea el casco urbano de la ciudad de Sóller y que ocupa una extensión de cuatro millones de metros cuadrados, donde vive un tercio de la población del municipio.

Hasta ayer permanecía en vigor una suspensión cautelar de licencias aprobada en 1992, cuando el municipio acordó revisar el Plan General que tardó seis años en realizarse. La complejidad del suelo rústico que rodea el suelo urbano de la ciudad motivó que en 1998, al aprobarse el PGOU, se dejara a un lado la regulación urbanística de dicho suelo. El mismo año se aprobaron los ejes del plan especial que desde entonces entró en una espiral de discusiones políticas, hasta el punto que fueron necesarias tres aprobaciones iniciales en 2002, 2004 y 2008.

El denominado PEP-2 establece una parcela mínima edificable de 5.000 metros cuadrados, un punto de partida que limita sustancialmente el crecimiento urbanístico en rústico, dado que sólo una docena de huertos cumplen este requisito. Además el plan prevé la extensión de las redes de abastecimiento de agua potable y recogida de fecales en toda su área de aplicación.

El sector de la construcción de Sóller venía reclamando la aprobación del plan para tener un marco jurídico claro a la hora de realizar obras en suelo rústico. Su esperanza se centra ahora en las obras de restauración y rehabilitación de las viviendas existentes como medida para hacer frente al sector de la crisis.