Las primeras unidades del nuevo tram-tren que unirá Manacor con Artà ya se están ultimando en los talleres que la empresa Vossloh tiene cerca de la ciudad de Valencia. De esta forma, está previsto que hasta seis viajen a Mallorca a partir del próximo mes de marzo, para iniciar las primeras pruebas sobre vía y comprobar su eficacia.

Ayer, el conseller de Movilidad del Govern Gabriel Vicens, acompañado por su director general Antoni Verger, el cogerente de Serveis Ferroviaris de Mallorca, Bartomeu Gual y una representación de alcaldes y representantes consistoriales de los municipios por donde pasará el tren, visitaron por la mañana las dependencias de la empresa especializada para conocer de primera mano el proceso de fabricación de los convoys.

Está previsto que cada unidad, que estará compuesta por tres ´coches´: Una máquina un remolque y otra máquina (para evitar tener que girar), tenga una longitud de 37 metros, una anchura de 2,55, una capacidad para 317 pasajeros y una velocidad máxima que no superará por contra los 100 kilómetros a la hora, y que se reducirá aún más en los pasos por zonas urbanas decreciendo hasta los 30 km/h.

Más comodidad

Tanto el alcalde de Son Servera, Antoni Servera, el de Sant Llorenç, Mateu Puigròs y el regidor de Artà Bartomeu Gili, se mostraron muy ilusionados con el proceso de montaje de las máquinas y su implantación en un proyecto, programado por el Govern para ser usado a finales de este mismo año 2011.

El vicepresidente de Vossloh, Juan José Sanchís explicó que a diferencia de los trenes convencionales de cercanías, la aceleración y desaceleración del tram-tren es mucho más rápida y tiene más posibilidades de circular por curvas de radios mínimos, lo que puede evitar nuevos sustos como los ocasionados en los últimos años cerca de Petra y Sineu.

Según el Govern, de las características del nuevo tram-tren, destacan el aprovechamiento de la infraestructura existente (es compatibles tanto con las vías convencionales de cercanías como con las de los tranvías), el confort y la accesibilidad. En este sentido las plataformas utilizadas serán del denominado ´tipo bajo´, mientras que la amplitud de las puertas es mayor que la de un tren habitual, ideal para los posibles usuarios con movilidad reducida.

Tanto las cabinas como las áreas de pasajeros dispondrán de climatización y se mantendrán las zonas para bicicletas.