La plaga del picudo rojo (Rhynchophorus ferrungineus) amenaza con liquidar todas las palmeras de Pollença, uno de los municipios más afectados por la incidencia de este escarabajo invasor detectado en la isla en el año 2006 que avanza sin control por la geografía isleña. Se calcula que el picudo rojo afecta ya a doce focos diferentes de Mallorca.

En Pollença, el número de palmeras afectadas podría superar los 3.000 ejemplares, de los cuales la inmensa mayoría son de titularidad privada. El regidor de Servicios del Ayuntamiento ´pollencí´, Martí Ochogavía, admite las grandes dificultades para controlar la plaga. "Ponemos todos los medios a nuestro alcance para frenar la plaga, pero ésta ha pegado muy fuerte, su control es muy difícil, y sobre todo en las palmeras privadas", explica.

En relación a las palmeras de titularidad municipal, Ochogavía asegura que actualmente se aplica el protocolo dictado por los departamentos de Agricultura y Medio Ambiente del Govern, muy estrictos. Sin embargo, hace unos meses la actuación del Ayuntamiento no respetaba las directrices dictadas por los expertos para evitar la expansión de la plaga, tal y como han denunciado vecinos del Port de Pollença y representantes políticos en la oposición, y ha reconocido el propio edil Ochogavía. Este hecho podría haber contribuido a la expansión de la plaga en el municipio.

Fuentes vecinales de las urbanizaciones de Llenaire y Gotmar, donde el escarabajo está muy presente, acusan al área de Medio Ambiente de contribuir a la expansión del picudo rojo en el municipio al arrancar las ramas de las palmeras afectadas y dejarlas, sin tratamiento, en un solar municipal en Llenaire, una actuación "negligente", a su entender.

Estos vecinos reclaman al Ayuntamiento una "actuación rápida" y exigen que pague el coste de arrancar y destruir las palmeras, del tratamiento para prevenir la aparición del coleóptero y del transporte para su incineración.

Incineración

Ochogavía admite que, hace aproximadamente un mes, los restos de palmeras enfermas se depositaban en el solar municipal, pero que en la actualidad se sigue el tratamiento recomendado por las autoridades en la materia. "Cuando vemos una palmera afectada, se corta; el tronco se deja secar, las palmas se incineran y la corona (la zona del árbol donde crecen las palmas) se envuelve en un plástico y se deposita en la parcela de Llenaire".

El edil añade que los vecinos que tengan palmeras afectadas por la plaga, pueden depositar los restos de poda en la ´deixalleria´ municipal, donde "primero se tratan con un insecticida y después se incineran". "Está claro que nosotros no podemos entrar en una zona privada", apunta. Asimismo, agentes medioambientales realizan inspecciones periódicas para comprobar el protocolo.

Por su parte, Alternativa per Pollença denuncia la gestión municipal en esta cuestión y cuestiona la legalidad de la contratación de la empresa encargada del control de las palmeras.