Ni el frío ni la lluvía caída sobre las 12,30 horas de la mañana impidieron ayer la celebración de la Darrera Fira, culminación de la 464 edición de las Fires de Llucmajor. A pesar de que las inclemencias del tiempo deslucieron un poco tan consolidada cita del calendario otoñal, fuentes municipales calculan en alrededor de 100.000 los visitantes del itinerario ferial de unos cinco kilómetros. La invasión de coches en múltiples sitios de la ciudad constataron, un año más, que se trataba de una jornada extraordinaria. Los miembros de la corporación municipal, encabezada por el alcalde, Joan Jaume (PP), fueron acompañados, a ocho meses de las próximas elecciones, por una más que significativa representación política supramunicipal multicolor: Francesc Antich, Aina Rado, Joan Font Massot, Josep Melià, José María Rodríguez, Joan Rotger, Toni Pastor, Catalina Soler, etcétera. Disfrutaron de una merienda exclusiva en el claustro de Sant Bonaventura y pasearon cómodos tras los gigantes y la banda de música. Comercios, empresas, colectivos y entidades locales y de fuera exhibieron y vendieron sus productos e iniciativas. El arte, la agricultura ecológica y los animales, tant de pèl com de ploma, también protagonistas. Hoy, firó.