La conselleria de Movilidad y Medio Ambiente del Govern y los Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) ya han certificado topográfica y fotográficamente el trasplante de 393 árboles procedentes del desbroce de las vías del antiguo trazado del tren, que ahora unirá de nuevo la ciudad de Manacor con Son Carrió, Sant Llorenç, Son Servera y Artà.

Entre las zonas del núcleo urbano de Manacor que ya disponen de estos árboles destaca una parcela situada en los supermercados Hiper Centro, otra en la plaza de ses Perleres de la Ronda de Felanitx, en el colegio público Jaume Vidal y una última en los terrenos de la ITV, en el polígono industrial. En Sant Llorenç, 64 ejemplares han sido trasladados a un solar situado justo detrás del campo de fútbol de Es Moleter. En Artà en una parcelas del camino de Carrossa y en Son Servera, en la finca de Son Floriana.

Los árboles más importantes en número han sido hasta ahora: los acebuches (245), las encinas (63), los algarrobos (34) y los aladiernos (20). Los veintidós palmitos localizados, están de momento pendientes de un nuevo estudio que determine con precisión si están o no afectados por la plaga del picudo rojo. Asimismo, ninguno de los pinos han podido ser resembrados, ante su falta de aclimatación a un nuevo entorno.

El procedimiento, consiste en el marcaje primero con una cinta o una pequeña placa metálica de todos aquellos ejemplares aptos para un trasplante, jóvenes, con un diámetro entre los ocho y los veinte centímetros dependiendo de la variedad, y con raices que no se encuentren bajo rocas. Después, mediante palas o grúas se van retirando y son transportados hasta los destinos previamente acordados con cada consistorio.

Según el protocolo, el primer paso es realizar un poda servera a todos los ejemplares, no dejando prácticamente ninguna hoja. Después, un día antes del traslado se procede al riego continuado, con el fin de evitar al máximo la evapotranspiración y el consumo de energía hasta la regeneración de las raices. En el destino, una vez se ha colocado el árbol, se cubre en superficie con una capa acolchada de cortezas de pino trituradas y diversos compuestos a base de hojas.

Los trabajos han sido realizados por las mismas empresas que se encargan de las obras en cada uno de sus tres tramos, y han sido supervisadas por técnicos de Nastecan SL y Atenea Seguridad y Medioambiente.