Dos expertos han hallado en la variante de Conies, justo detrás del Hospital de Manacor, restos fósiles del lago que separaba, hace doce millones de años, la Serra de Tramuntana de las elevaciones del Llevant de Mallorca. La construcción de un rotonda, perteneciente a las obras inauguradas por el ex president del Govern Jaume Matas hace cinco años, dejó a la vista una numerosa serie de capas de sedimentos que ahora Guillem Mas y Joan Martorell intentan descifrar con exactitud.

"Es algo único, un testimonio espectacular de nuestra prehistoria, de cuando Mallorca terminó de ´plegarse´, que no se puede comprobar con tanta claridad en ningún otro punto de la isla", recuerda Mas, quien con su compañero de trabajo están ultimando la redacción del descubrimiento.

La actual disposición geográfica y geológica de Mallorca, con la línea montañosa de Tramuntana al oeste y las pequeñas sierras del Llevant en su lado opuesto, es consecuencia directa del choque prehistórico entre las placas tectónicas Eurasiática (desde el noroeste) y Africana (del sureste), durante el Mioceno inferior y mediano, cosa que propició originó que en la parte central que hoy conocemos como la comarca del Pla, se originara un gran lago habitado por pequeños testimonios (hoy fósiles) que pueden ayudar a rehacer la evolución orogénica de la isla.

La isla como la conocemos

Poco a poco y con la distensión de las placas, capas sedimentarias fueron rellenando este espacio y fueron aflorando las cuencas en que se divide la isla: la de Palma, la de Inca-Sa Pobla y la de Campos, además la denominada cubeta de Manacor. Al final, las dos partes se unieron hace aproximadamente diez millones de años.

El afloramiento de Manacor, de edad Serravaliana, demuestra un contacta estructural entre dos unidades sedimentarias denominadas Marges de Pina (la inferior) y Calcàries de Sa Verdera (la superior), claramente visibles desde la carretera. "El cultivo de las tierras por una parte, y el hecho de que muchas sean arcillosas por otra, hacen que no sea fácil de estudiar", apunta Mas.

En plena rotonda, y ante el desconocimiento general, son evidentes la perfecta laminación paralela que caracteriza la unidad calcárea de Sa Verdera, donde se han encontrado restos de carbón y de gasterópodos pulmonados, pequeños fósiles marinos, sobre todo caracoles. Debajo, en la unidad de los Margues de Pina, se han hallado restos de yesos lenticulares y trozos de sílex.

El hallazgo, situado en los terrenos de Sa Tafal, abre también un amplio potencial para su uso social y didáctico: "Sería muy positivo que la gente percibiera su valor real y no lo viera sólo como un trozo de tierra y rocas", desean los investigadores. Por eso ya han propuesto la catalogación del afloramiento como Lugar de Interés Geológico (LIG) y como elemento patrimonial del municipio de Manacor. Además, Martorell y Mas creen que lo idóneo sería que los alumnos mallorquines pudieran estudiarlo en sus libros de texto, se organizaran excursiones divulgativas y se instalaran paneles informativos. "Tiene una fácil accesibilidad, los estratos son apreciables a simple vista y hay mucha diversidad geológica".