El fenómeno de la prostitución en la vía pública ha reaparecido en las últimas semanas en Magaluf, coincidiendo con los prolegómenos de la temporada alta. Las prostitutas se sitúan a partir de la medianoche en las calles de acceso a la principal arteria de ocio de la localidad, Punta Ballena, sobre todo en torno a los locales nocturnos.

Así lo constatan fuentes del sector del taxi y empresarios de la zona, que cifran en una decena el número de meretrices que acuden especialmente los fines de semana a la zona.

Como cada año, los empresarios se quejan de esta realidad y aseguran que esperan que esta temporada no se repita una situación como la de la anterior, cuando, como reconoció entonces el inspector jefe de la Policía Local de Calvià, Jaume Jaume Marcó, hubo una "verdadera avalancha" de prostitutas en las calles del municipio.

La memoria de actividades de 2009 de la Policía Local así lo reflejó. Según estos datos, la temporada pasada se tramitaron más denuncias que nunca desde que entró en vigor la ordenanza municipal contra el ejercicio de la prostitución en la vía pública. En total, fueron 284 actas, un 44 por ciento más que en 2008.

También se registraron 29 arrestos –la cifra más alta del último lustro–, como consecuencia de la normativa municipal que equipara la venta de servicios sexuales en la calle a una actividad económica que se ejerce sin la preceptiva licencia y que, por tanto, es ilegal.

En su momento, el Ayuntamiento se quejó de que una de las razones que explicaba que el fenómeno continuara existiendo era que los tribunales no habían respaldado su política de acudir a la vía penal para perseguir la prostitución, una vía a la que recurre el Consistorio cuando la prostituta prosigue con su actividad, después de que haya sido varias veces denunciada y se le haya notificado un decreto municipal exigiéndole que cese en su trabajo. En tal caso, el Ayuntamiento argumenta que se trata de un delito de desobediencia a la autoridad.