Miquel Blanch (Campos, 1970) empezó a tener interés por la práctica del paracaidismo y el parapente a mediados de la década de los ochenta. Al no existir la posibilidad de probar el paracaidismo se decidió a experimentar sensaciones con un vuelo de parapente biplaza. "¿Esto es así?", preguntó nada más despegar. En la actualidad rememora con emoción y auténtica pasión aquel instante. "Fue un momento espectacular, suave, pausado", explica, destacando que el parapente es contacto con la naturaleza, con las montañas, semejante al vuelo de los pájaros. "Abre mucho el espíritu, es maravilloso, y no es igual que el vuelo mecánico".

Desde 1987 se ha convertido en un asiduo a la montaña. "Al salir de casa ya miro el cielo y a los pájaros, las corrientes de aire, me influyen". Resalta la calidad humana, sintonía y armonía, de la gente que practica parapente. Desde el año 2000, Blanch ha ido participando en competiciones y, además de sumar singulares vistas de paisaje y extraordinarias fotografías, ha conseguido brillantes clasificaciones. En 2005 fue proclamado campeón de España de parapente vuelo libre (categoría serial class). En 2006 y 2007 quedó cuarto, mientras que en 2008, segundo. Afronta las competiciones como "un juego que se toma en serio, una satisfacción personal a nivel de disfrutar", calificando de "mágicas" acciones como las de remontar.

Blanch, que trabaja de carnicero, es también instructor de parapente. Ahora instruye a los nuevos parapentistas de Mallorca, con la Escuela de vuelo Mediterrani, Club de Vol. El eslogan: "Se abre un nuevo mundo para ti, descubre tu libertad, ¡vuela libre!". Aprenden un considerable número de personas, de unos 20 a 70 años de edad. Advierte: "Este es un deporte que depende de la meteorología, por ello condiciona el poder volar, o sea las clases podrán posponerse hasta que la situación cambie. El parapente es un deporte de montaña que entraña riesgos y requiere un aprendizaje completo y riguroso, los cursos son para aprender a volar y sólo deben inscribirse las personas que tienen realmente interés".

Lugares que llenan los sentidos

En cuanto a lugares que le gustan especialmente, apunta a sa Comuna de Bunyola, "conectas de pleno con la Serra de Tramuntana, te llena los sentidos". También admite emociones en los Dolomitas, "un escenario impresionante, contemplando los Alpes, Austria, Alemania, Francia, Eslovenia, estás allí en medio" y otros múltiples parajes, "puntos de vista que muchos ciudadanos no han visto nunca". Abundantes fotos constatan sus vivencias. Están retratadas.

"Diría que los que practicamos parapente somos elegidos, privilegiados por vivir y gozar de momentos intensos, y a los alumnos les transmito conocimientos de técnicas de pilotación, siempre con pasión, ganas de volar y disfrutar de la vida". Respecto a los riesgos, considera claves las normas de precaución, el respeto, los conocimientos y el estar preparados. Hay distintos materiales y precios. A partir de unos 3.300 euros se puede disponer de un monoplaza. Asimismo, existe la posibilidad de vuelos biplaza comerciales, con un coste de unos 80 euros para un tiempo de entre 20 y 30 minutos.

Blanch colabora en la revista Parapente. Su mensaje a la sociedad: "Hay otras formas de ver las cosas".