La conselleria de Medio Ambiente, a través de la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua), dispone de reservas de agua potable suficientes para suministrar líquido a la población por un periodo de tiempo que oscila entre los dos y los tres años sin tener que recurrir a las cuatro desaladoras existentes actualmente en Mallorca. El cálculo se realiza en base a una hipotética (e improbable) situación de ausencia absoluta de lluvia durante este plazo de tiempo, por lo que cabe pensar que el excedente de agua potable es todavía superior porque los ciclos pluviales permiten regenerar los diferentes acuíferos de la isla y ampliar las reservas de líquido.

Actualmente, la red hidráulica que gestiona el Govern se nutre básicamente de las principales fuentes y acuíferos conectados a la red general, y principalmente de la captación de agua de sa Costera. De las cuatro desaladoras habilitadas en la isla, hoy sólo está operativa la instalación de Son Ferrer (Calvià), que durante el pasado mes de enero produjo un total de 165.957 metros cúbicos de agua "destinados a una zona muy concreta y pequeña del municipio de Calvià", según explicó la ex directora-gerente de Abaqua, Margalida Miquel. La intención del Govern, antes de la expulsión de UM de la conselleria de Medio Ambiente, era la de paralizar la producción de esta planta desaladora en breve.

De las otras tres instalaciones, dos de ellas, Andratx y Alcúdia, todavía están en periodo de pruebas y no han aportado líquido a la red general, mientras que la infraestructura de la Badia de Palma, la primera en construirse en la isla, capaz de producir hasta 45.000 metros cúbicos diarios de agua desalada, está paralizada actualmente porque el excedente de agua potable permite prescindir de ella.

La planta de Andratx fue recepcionada por el Govern el pasado 15 de diciembre y "en principio, no se pondrá en marcha", según apuntó Miquel. Por su parte, la desaladora de Alcúdia, la última instalación en construirse, todavía no está en condiciones de aportar agua a la red.

Sa Costera, la fuente clave

Las obras de trasvase de la fuente de sa Costera, en el municipio de Sóller, uno de los trabajos de ingeniería más importantes realizados en Balears, con una inversión de casi 80 millones de euros, han sido claves a la hora de entender el excedente de agua potable del que goza la isla en la actualidad. Sólo en el pasado mes de enero, la fuente de sa Costera aportó una media de casi 40.000 metros cúbicos diarios de líquido a la red general. En todo el mes, la aportación superó el millón de metros cúbicos, casi la mitad del agua total producida en las fuentes y acuíferos controlados por la conselleria de Medio Ambiente, cuyo volumen total en el mes de enero superó los 2,3 millones de metros cúbicos.

La ex responsable del Abaqua admitió que si la obra de sa Costera, cuyo proyecto inicial data del año 1992 aunque no se puso en marcha hasta el verano de 2008, se hubiese realizado antes, no hubiera sido necesaria la construcción de las desaladoras, si bien precisó que "es bueno que estén de reserva para cuando se necesiten realmente". A pesar de la buena situación en cuanto a reservas de agua, el Govern incide de forma especial en la necesidad de concienciar a los ciudadanos a favor del ahorro del líquido.

Mallorca ya no depende de las desaladoras para tener reservas suficientes de agua.