El ayuntamiento de Sineu ha elaborado una ordenanza municipal para penalizar el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública que incluye sanciones que oscilan entre los 750 y los 3.000 euros, en función de la gravedad de las infracciones reguladas en la nueva normativa, todavía pendiente de aprobación por parte del pleno municipal y actualmente en fase de estudio por parte de los grupos de la oposición.

El alcalde de Sineu, Josep Oliver Rebassa (PP), explica que la nueva ordenanza antibotellón está inspirada en la normativa que ya está vigente en el municipio de Manacor y añade que el texto tiene el objetivo de "regular la venta de bebidas alcohólicas en las fiestas que se llevan a cabo en la localidad, principalmente cuando se organizan conciertos para los jóvenes, en los que siempre suele haber problemas relacionados con el suministro de alcohol". Oliver apunta que la Policía Local "dispondrá ahora de esta herramienta, que utilizará cuando sea necesario, ya que hasta ahora no tenía un marco normativo para actuar en estos casos".

A diferencia de otros municipios que ya disponen de una ordenanza para regular el consumo de alcohol en la calle y que destinan el dinero recaudado de las sanciones a la organización de cursos de concienciación contra el consumo de bebidas alcohólicas, el ayuntamiento de Sineu, cuyo alcalde admite no tener recursos suficientes para llevar a cabo este tipo de actividades formativas, destinará los fondos procedentes de las multas de la ordenanza a equipar a la plantilla de la Policía Local o bien a cubrir otros tipos de gastos corrientes del Ayuntamiento.

La ordenanza prohíbe de forma expresa el consumo de alcohol en las calles de Sineu a excepción de los lugares autorizados, como las terrazas de los bares, y de los casos en los que el consumo se produce en fiestas señaladas con autorización municipal. También limita la venta de bebidas alcohólicas en la vía pública por parte de locales no autorizados para ello y avisa de la responsabilidad de los propietarios de negocios de restauración en el caso de vender bebidas para ser consumidas en el exterior del local.

Inspecciones

Asimismo, la nueva normativa delega en la Policía Local la responsabilidad de realizar las inspecciones y los controles sobre las limitaciones impuestas en la ordenanza y avisa que el entorpecimiento de la labor de inspección constituirá una falta muy grave, al igual que la venta de bebidas en lugares no autorizados por parte de propietarios de negocios. Las infracciones muy graves se penalizarán con multas de 1.501 a 3.000 euros.

El consumo de alcohol en la calle, popularmente conocido como botellón, está incluido en el apartado de las infracciones graves, con sanciones que van de los 751 a los 1.500 euros, mientras que las infracciones leves, cuando el consumo en espacios públicos causen molestias a otras personas, se pagarán con multas que oscilan entre los 400 y los 750 euros.

La ordenanza permite a los autores de alguna infracción la posibilidad de sustituir las sanciones por trabajos en beneficio de la comunidad. Para ello, se creará una comisión técnica entre el alcalde, el secretario, el regidor de Educación y el jefe de Policía para confeccionar un catálogo de posibles tareas a realizar para cumplir las sanciones.