"La convivencia es una mezcla de tolerancia y conflicto". Con esta definición el sociólogo Antoni Tarabini iniciaba anteanoche la mesa redonda organizada por la Obra Cultural de Manacor que, bajo el lema Convivència i Civisme, intentó dar respuestas al comportamiento en el espacio común y público de una sociedad cambiante.

Al debate, moderado por el periodista de DIARIO de MALLORCA, Llorenç Riera, estaban invitados además el presidente de la Federación de Asociaciones Ecuatorianas de las Balears, Manuel Simbaña, los vecinos Toni Peña y Antoni Marcús, el filósofo Miquel Font y el inspector jefe de la Policia Local, Antoni Sureda. Al acto, realizado en Ca na Vallespina, acudieron un centenar de personas entre las que se encontraban diversos regidores del municipio y decenas de inmigrantes latinoamericanos.

Falta de espacios públicos

Pronto el debate se centró en Manacor y los problemas recientes derivados de la marcha nocturna, como han sido la demanda millonaria de más de una veintena de vecinos contra el Ayuntamiento o el grave incidente que le costó la pérdida de visión en un ojo a Antoni Marcús el pasado verano por la agresión de unos jóvenes que practicaban el botellón. "No creo que sea un problema exclusivo de los jóvenes, sino de la falta de tiempo para hablar e interactuar entre los miembros de una familia. Además está claro que en Manacor faltan muchos espacios públicos como pistas de baloncesto o skate donde practicar deporte o permitir que los jóvenes se organicen por ellos mismos", añadió la víctima de aquel suceso después de recordar los hechos que le han llevado a tener tan sólo un 40% de visión en el ojo izquierdo.

De la misma opinión se mostró el representante de las asociaciones de inmigrantes ecuatorianos. Simbaña reconoció que "es muy complicado que si trabajamos doce horas al día podamos dar la atención adecuada a nuestros hijos, ahí es donde todos tenemos que hacer un esfuerzo y aprender unos de otros".

El inspector Sureda, por su parte, manifestó que el cuerpo local está "trabajando muy duro para intentar corregir la falta de autoridad de los padres hacia sus hijos y el alarmante aumento de la violencia juvenil hacia sus progenitores; actualmente en Manacor y en Mallorca andamos faltos de valores y modelos a seguir".

Siete multas

Sureda se refirió también al incivismo de los jóvenes de Manacor durante los fines de semana y recordó que durante el último mes, desde que fueran presentados los blocs policiales para agilizar la tramitación de las infracciones de las ordenanzas públicas, "ya se han tramitado hasta siete multas por maltrato del mobiliario, ruidos o por orinar en la vía pública".

Menos convencido con la labor política y de seguridad se mostró el representante vecinal, quien arremetió contra la "dejadez en sus funciones y la poca efectividad que tienen nuestras denuncias". Peña afirmó: "Coexistimos, que es lo contrario que convivir, con suciedad, ruidos y agresiones provocados por una marcha nocturna permitida por la policía y la clase política".

Tarabini puso el énfasis en el desmoronamiento de la sociedad de la inmediatez: "Cuatro meses antes de la crisis, una encuesta revelaba que Vicenç Grande era la persona más admirada por los mallorquines por la rapidez en que había amasado su fortuna. Está claro que esos tiempos se están acabando", aunque indicó que "el trabajo será costoso puesto que ahora es el primer momento en que los padres se están dando cuenta de lo que significa fracaso escolar y tenemos a multitud de jóvenes a partir de los 16 años que no tienen oficio ni beneficio puesto que las facilidades para encontrar empleo a esa edad se han ido reduciendo considerablemente".